Libertad religiosa, ¿hasta dónde?
30 de septiembre de 2009Los jueces determinaron que los alumnos musulmanes podrán emplear la pausa de la jornada escolar entre clase y clase para efectuar sus oraciones. Mientras que algunos políticos cristianodemócratas y del partido liberal saludaron la decisión, otros, entre ellos del partido de Los Verdes, así como grupos de homosexuales y lesbianas, y representantes del Consejo Central de ex musulmanes criticaron el dictamen advirtiendo que éste pone en peligro la neutralidad de las escuelas.
El proceso comenzó a raíz de la demanda interpuesta por un alumno de 16 años, Yunus M., que reclamó ante la justicia porque su escuela le había negado la posibilidad de rezar durante el recreo. Sin embargo otro tribunal dio la razón al estudiante en un dictamen de urgencia en marzo de 2008.
La activista de origen turco Seyran Ates, advirtió que no es posible que descuelguen la cruz cristiana de las paredes escolares pero que se permita a los jóvenes musulmanes que recen en dichos recintos. En declaraciones a la DPA, la activista explicó que la mayoría de los turcos residentes en Alemania considera a la religión como una cuestión privada.
"Sólo un pequeño grupo conservador reclama el derecho a usar pañuelos, a realizar ayunos y orar en las escuelas, pero el problema es que en Alemania se percibe como si éstos reclamos provinieran de una mayoría", explica. Una vez conocido el dictamen, la comisión regional de padres de familia del Senado berlinés, anunció que apelará contra el veredicto del tribunal.
Caso francés
La cuestión sobre la libertad de creencias en los espacios públicos es un tema candente en toda Europa. En Francia, por ejemplo, el gobierno del presidente Nicolás Zarkozy delibera sobre la prohibición de la burka musulmana, acogiéndose en la antigua tradición gala que mantiene una estricta separación entre la religión y la esfera pública.
Un comité integrado por políticos de varios partidos delibera además, sobre la prohibición del pañuelo islámico y otros símbolos religiosos en los espacios públicos.
Aunque entre la clase política gala impera un amplio consenso a favor de la prohibición como una forma de apoyar el secularismo francés, el asunto irrita a alrededor de 6 millones de musulmanes que tienen pasaporte francés y sienten que Francia es su patria y que constituyen la comunidad musulmana más grande de Europa.
Caso belga
Aunque la presencia musulmana en Europa ha dado paso a sociedades más plurales con habitantes provenientes de distintas culturas y costumbres, la convivencia no siempre está libre de fricciones como lo muestra el caso belga.
La concentración de la población musulmana en las grandes ciudades belgas, especialmente en Bruselas y Amberes, está transformando el paisaje urbano convirtiéndo ciertas áreas en barrios habitados exclusivamente por ciudadanos musulmanes lo que se refleja en la población escolar.
En varios colegios en donde se ha prohibido el uso del pañuelo islámico al iniciar las clases tras el verano, el alumnado ha respondido asaltando los recintos por la noche, destruyendo material escolar, ordenadores y libros.
Autora: Eva Usi
Editora: Claudia Herrera Pahl