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¿Llegará la democracia a la región tras la caída de Al Asad?

Jennifer Holleis
10 de diciembre de 2024

Mientras muchos sirios celebran en diversas partes del mundo, analistas políticos evalúan qué impacto tendrá la caída del régimen de Bashar al Asad en la región.

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Habitantes de Damasco celebrando con banderas.
Habitantes de Damasco celebran la caída de Bashar al Asad.Imagen: Bekir Kasim/Anadolu/picture alliance

La rápida caída del régimen de Bashar al Asadtras el exitoso avance de la milicia islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), que puede traducirse como "Organismo de Liberación del Levante”, repercutirá en las relaciones de Siria con sus vecinos.

El HTS gobernó durante cinco años el último gran bastión opositor sirio en la región noroccidental de Idlib. Mientras se centra ahora en consolidar su posición en Damasco, surgen dudas acerca de si podrá gobernar todo el país, considerando que hay múltiples grupos rebeldes que querrán una parte del poder.

Los países árabes

"Los líderes árabes no querrán que se rompa la estabilidad en Siria”, escribió el lunes (10.12.2024) Richard LeBaron, investigador principal no residente de los Programas para Oriente Medio del think tank Atlantic Council, con sede en Washington.

La Liga Árabe -integrada por 22 países- restableció los lazos con el régimen de Al Asad en mayo de 2023, tras 12 años de haberlo aislado debido a la brutal represión de la población local.

Pero, en opinión de LeBaron, entre los vecinos árabes de Siria, sólo Qatar -que se opuso firmemente al régimen de Al Asad- podría dar un paso al frente para ayudar en la reconstrucción del país, destrozado, fragmentado y económicamente debilitado.

Los nuevos líderes instalados en Damasco esperan que se levanten las sanciones internacionales, pero queda por ver qué actores, aparte de Qatar, podrían estar dispuestos a apoyarlos.

El grupo HTS, que anteriormente estaba afiliado a Al Qaeda, fue catalogado como organización terrorista por Estados Unidos en 2018.

Sin embargo, su líder, Abu Mohammed al Jolani, declaró recientemente a la cadena estadounidense CNN que, con la edad, él y otros dirigentes habían evolucionado en su visión del islam. Al Jolani afirmó, en este contexto, que las opiniones extremistas de su juventud se habían moderado con el tiempo. En los últimos años, la milicia se ha mostrado tolerante con las minorías religiosas, como los cristianos o la comunidad drusa en las zonas bajo su control.

Tensas relaciones con los vecinos

Los vecinos de Siria, como el Líbano, Jordania, Irak e Israel, han reforzado sus defensas fronterizas. "Todavía es demasiado pronto para calibrar plenamente las implicaciones regionales, pero las preocupaciones de seguridad predominan en los Estados vecinos”, dice a DW Nanar Hawach, analista de la organización independiente International Crisis Group.

Hawach hace notar queIsraelrecibió con satisfacción la noticia de la caída de Al Asad, que era un aliado clave de Irán y de la milicia libanesa Hezbolá, "pero, aun así, ha tomado medidas importantes en materia de seguridad, incluida una incursión en Quneitra y el monte Hermón, donde estableció una zona de amortiguamiento a lo largo de las fronteras”.

"Israel también ha aprovechado la oportunidad para debilitar militarmente al sucesor del régimen de Al Asad bombardeando objetivos militares, incluidas las defensas aéreas y el aeropuerto de Mazzeh en Damasco”, añade Hawach.

Entretanto, en Estados Unidos, el presidente Joe Biden advirtió que la caída de Al Asad podría abrir la puerta a un resurgimiento del extremismo islámico.

Unos 900 soldados estadounidenses están estacionados actualmente en Siria para impedir que el grupo Estado Islámico (EI) vuelva a hacerse fuerte. También apoyan y entrenan a la Unidad de Protección del Pueblo Kurdo Sirio (YPG) en el noreste del país. Observadores afirman que el HTS y el EI no comparten objetivos comunes, ya que el primero sólo quiere controlar Siria y no tiene el propósito de construir un califato global.

¿Estabilización política?

Analistas estiman que, independientemente de las consecuencias regionales, los nuevos gobernantes de Siria tendrán que centrarse en la estabilización política si quieren ser reconocidos por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos.

Un hombre en una excavadora remueve escombros.
Siria necesitará ayuda internacional para la reconstrucción.Imagen: Bilal Alhammoud/Middle East Images/AFP/Getty Images

Burcu Ozcelik, investigadora principal de Seguridad en Oriente Medio del Royal United Services Institute (RUSI), con sede en Londres, indica a DW que, si bien "el país tiene poca experiencia con las instituciones democráticas y se enfrenta a un gran riesgo de desorganización e incluso de fragmentación territorial”, por la misma razón, este momento podría propiciar "el comienzo de un acuerdo político”.  (ers/ms)