Los alemanes del desierto de Atacama
La fiebre del salitre significó el arribo de miles de inmigrantes europeos al norte de Chile. Los alemanes aportaron en áreas como la arqueología, el comercio, la educación y la minería.
Un nuevo mineral
En 1866, se descubren los primeros yacimientos de salitre en la región de Antofagasta y, cuatro años más tarde, arriban los primeros alemanes a la zona, atraídos por esta creciente industria, de la que hoy quedan algunos rastros en la Antofagasta moderna.
Capital extranjero
Entre los inmigrantes, estaba el empresario Henry B. Sloman, quien provenía de una familia inglesa de navegantes establecida en Hamburgo e invirtió gran capital en Chile. En 1905, mandó a construir el "Tranque Sloman", una represa hidroleléctrica para abastecer de energía a sus oficinas salitreras Buena Esperanza, Rica Aventura, Prosperidad, Grutas y Empresa.
Destino Hamburgo
Sloman también invirtió en una flota de veleros para embarcar el salitre con destino a Hamburgo. En la foto, el Preußen, que había sido construido en 1902 por Fritz Laeisz, era entonces el mayor velero del mundo y recaló en el puerto de Tocopilla, en el norte chileno.
Una fortuna
Alemania estaba entre los principales accionistas en la industria salitrera, tras Gran Bretaña y Chile. Empresarios como Sloman hicieron gran fortuna gracias al mineral. El edificio Chilehaus (o Casa de Chile), ícono del expresionismo alemán y Patrimonio de la Humanidad, en Hamburgo, se mandó a construir con las ganancias de Sloman en su paso por el país sudamericano.
Ciudad cosmopolita
No solo alemanes arribaron al desierto chileno, también británicos, croatas, españoles, estadounidenses, entre otros. A comienzos del siglo XX, el naciente puerto de Antofagasta era un punto de tránsito de varias culturas.
Comunidad activa
Hacia 1907, había más de 1000 alemanes viviendo en el desierto de Atacama, el más árido del mundo. “Fueron una comunidad activa, que generó lazos con chilenos, británicos y croatas. En esta migración, destacan los arqueólogos, empresarios, ingenieros y sacerdotes”, cuenta a DW el economista Marcelo Lufin.
La partida del desierto
La aparición del salitre sintético, en 1913, provocó el desplome de las inversiones mineras en el norte chileno. Más tarde, la Primera Guerra Mundial y la presión británica hacia la comunidad germana residente en Chile provocaron un masivo éxodo, con destino a Alemania.
Legado urbano
En la ciudad de Antofagasta, quedan hoy vestigios de ese tránsito alemán de comienzos del siglo XX: casas ornamentadas con entramados de madera (una técnica arquitectónica muy usada en Alemania), la represa hidroeléctrica construida por Sloman y un monumento al Centenario de la República (en la foto), ubicado en la actual Plaza Sotomayor y donado por la comunidad alemana en 1910.