Los animales salvajes del 2020
Organizaciones ambientalistas y grupos defensores de la naturaleza eligen en diversos campos al "animal del año", con el propósito de llamar la atención sobre ellos. Estos son los de 2020.
Suelo saludable
El topo en realidad no es muy querido por los amantes de la jardinería. Pero está bajo protección. Y en realidad habría que alegrarse cuando se descubren sus montículos en algún jardín, porque es señal de que el suelo goza de buena salud y de que viven allí múltiples bichitos. Los topos cavan sus madrigueras y túneles allí donde hay alimento. Por ejemplo, comen caracoles.
Nada exigente, pero en peligro
Callophrys rubi es el nombre científico de esta criatura, elegida la mariposa del año. Ama las praderas y los arbustos. No es muy exigente a la hora de elegir su menú y liba el néctar de flores muy diversas. No obstante, su número retrocede notoriamente. El motivo: la explotación agrícola intensiva de muchos campos.
Símbolo de amor y buena suerte
La tórtolas necesitan zonas colindantes con bosques y sembrados donde viva gran variedad de especies. Sobre todo la intensiva explotación agrícola les hace difícil la vida. Su número se ha reducido aquí en casi un 90 por ciento desde 1980. También los cazadores las amenazan. Y el problema es global, dado que son aves migratorias que pasan el invierno en África.
Verde esmeralda
Los lagartos ágiles machos tienen un aspecto especialmente rutilante. En la época de apareamiento, brillan con un tono verde esmeralda. Los lagartos ágiles habitan en toda Eurasia, desde Inglaterra hasta el lago Baikal. Les gusta vivir en las rocas, y también cerca de los seres humanos, en muros y jardines. En Alemania se la considera una especie en peligro.
Amante del agua limpia
Coenagrion hastulata se llama esta libélula, que está en peligro de extinción. Necesita pantanos y aguas limpias, pero no parajes llenos de fertilizantes. Ello obedece a que esta pequeña libélula pasa gran parte de su vida en estado larvario, en el agua.
Abeja pastelera
A diferencia de otras abejas silvestres, la Macropis europaea recolecta aceites vegetales y los mezcla con polen, produciendo una especie de pastel. Este es más nutritivo que el polen basado en azúcar que otras abejas suelen llevar a sus colmenas. Por eso, la abeja silvestre de 2020 requiere plantas apropiadas, que le brinden los aceites necesarios.
Pez nariz
El Chondrostoma nasus suele llamarse "nariz". Pero es muy poco conocido, razón por la cual pescadores y buzos lo eligieron "pez del año". Se alimenta de algas que crecen en las piedrecillas. Por desgracia, sus sitios de desove son cada vez más escasos.
¡Cuidado con el veneno!
Este escarabajo se las trae: su veneno, cantaridina, ya era utilizado por los antiguos egipcios con fines medicinales. Preparados con miel, los escarabajos del petróleo (Meloe proscarabaeus) eran usados para aumentar la potencia. Pero ¡cuidado! En altas concentraciones, su veneno puede matar.
Un brillo misterioso
Este destello azul en el mar nocturno, frente a las costas de California, proviene de dinoflagelados. Se trata de organismos unicelulares que solo se encuentran en el mar. La Sociedad Alemana de Protozoología los designó "unicelulares del año". Los dinoflagelados producen un veneno que puede almacenarse en moluscos. ¡Tengan cuidado cuando el mar se tiñe de rojo!
Mundo subterráneo
La Cochinilla Común (Oniscus asellus) es en realidad un crustáceo. Vive en todo tipo de guaridas subterráneas. Fue elegida el "troglobita del año", es decir, se la distingió entre los animales que habitan bajo tierra.
Un ser social
El Myxococcus xanthus es todo un ejemplo de coordinación social. Por eso, la Asociación de Microbiología General y Aplicada lo eligió como el "microbio del año". Estos microbios cazan a sus presas (otras bacterias) en equipo. Las esferas que se ven en la foto están formadas por miles de bacterias Myxococcus, que se comunican entre sí.