"América está permitiendo la locura de las armas"
2 de octubre de 2015Han pasado casi tres años desde que veinte niños y seis adultos fueron masacrados por un asaltante armado en la escuela primaria de Sandy Hook, en Newtown, Connecticut. Los estadounidenses se mostraron entonces conmocionados y horrorizados. Incluso el presidente Barack Obama intentó endurecer las leyes de control de armas. Pero esos esfuerzos fueron en vano por la oposición de un poderoso grupo de presión, el lobby armamentístico liderado por la Asociación Nacional del Rifle. En los Estados Unidos, el derecho a poseer armas de fuego está reconocido por la Constitución, aunque la mayoría de los ciudadanos apoyan algún tipo de control sobre estas.
Desde la masacre de Newtown, ha habido al menos 141 tiroteos en las escuelas norteamericanas, según el grupo Everytown para la seguridad de las armas. Más de un tiroteo a la semana en promedio. El jueves, volvió a suceder. Un hombre armado abrió fuego en el centro de estudios superiores Umpqua Community College de Oregón. Según las autoridades locales, al menos nueve personas murieron y más de 20 resultaron heridas.
Deutsche Welle habló con Jonathan Metzl, experto en violencia, armas y salud mental de la Universidad de Vanderbilt en Tennessee.
DW: ¿Hay cada vez más ataques con armas en las escuelas y universidades estadounidenses?
Jonathan Metzl: Los tiroteos son, efectivamente, cada vez más frecuentes y cada vez peores. No hay una explicación de por qué sucede esto. Si alguien está determinado a hacer algo así, es prácticamente imposible evitarlo, ya que tenemos leyes diferentes en cada estado respecto a la tenencia de armas. Incluso en lo concerniente a armas en las escuelas. En mi opinión, necesitamos un referéndum nacional sobre este tema.
Hay muchos fenómenos de imitación que surgen con estos ataques. Para ser noticia, hay que superar el último incidente. Hemos tristemente constatado que, con Newtown y con todos los tiroteos que hay, realmente tienes que hacer algo exagerado si quieres ver tu nombre en los titulares.
En su conjunto, las escuelas y, sobre todo, las universidades como en la que ha sido el tiroteo están entre los lugares más seguros en Estados Unidos. En concreto, uno de los más seguros para la gente en edad universitaria que, como sabemos, es la que estadísticamente tiene más riesgo de recibir un disparo. Y, también, de disparar a otra persona. Las tasa de heridos de bala en un campus es de uno por cada cien mil personas. En general, fuera de la Universidad, es de entre seis y siete por cada cien mil personas. Y mayoritariamente, entre jóvenes en edad universitaria. Hemos comprobado que la creación de espacios libres de armas en los campus universitarios es muy eficaz para la prevención de la violencia armada. Los campus universitarios son espacios especialmente seguros.
¿Cómo siguen ocurriendo tiroteos en unos espacios supuestamente tan seguros?
Los campus universitarios son un reflejo de la sociedad. Hay más armas y cada vez más descontentos recurren a ellas para supuestamente resolver sus problemas. Las convierten en un medio de resolver los conflictos. Todos, desde problemas interpersonales, insatisfacción por los resultados académicos o por problemas de socialización. Tenemos un profesor que le disparó a otro en una universidad de Mississippi hace un par de semanas. Parte del problema es simplemente que hay más armas alrededor.
La masacre de Newtown dio lugar a un intento por introducir leyes para el control de armas más estrictas a nivel nacional. Esos esfuerzos fracasaron. ¿La masacre en Oregón servirá para que haya un mayor control de armas?
La gente está cada vez más horrorizada con lo que está pasando. Estos ataques son difíciles de prever y de detener, pero con cada vez más tiroteos, está quedando meridianamente claro cómo se puede detener esto.
Queremos comprobación universal de antecedentes. Que las personas que hayan protagonizado episodios de violencia sean monitorizadas. Debe haber un sistema de exámenes, igual que los hay para conseguir la licencia de conducción. Quizá esto no hubiera evitado este ataque concreto, pero hubiera evitado la violencia cotidiana y los tiroteos habituales. Tenemos 32.000 muertos cada año en Estados Unidos por armas de fuego.
Hay grupos de presión poderosos e intereses financieros empeñados en evitar que se impongan esos controles. Es la voluntad del pueblo frente a la de algunos lobbies y de corporaciones.
En una declaración tras el tiroteo en Oregón, el presidente Obama dijo que "permitir que esto ocurra en América cada pocos meses es una opción política que hemos tomado". ¿Es eso cierto?
Los estadounidenses están permitiendo esta plaga, la locura de las armas a un nivel masivo, al hacer tan fácil para cualquiera conseguir un arma. Eso es absolutamente cierto. Aquellos estados con leyes razonables sobre control de armas están teniendo resultados muy efectivos. Eso es lo que deberíamos hacer.
Jonathan Metzl es profesor de psiquiatría y director del Centro de Medicina, Salud y Sociedad de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, Tennessee. Es también director de investigación para el Proyecto Tennessee Seguro.