Los islamistas radicales demuestran su poder en Kenia
24 de septiembre de 2013“Es un momento muy difícil para nuestro país”, dijo el ex primer ministro de Kenia, Rail Odinga, haciéndose eco de lo que muchos sienten. El atentado del grupo terrorista islámico Al Shabab a un centro de compras en la capital, Nairobi, vuelve a poner a Kenia ante una dura prueba. Los terroristas tomaron rehenes el sábado (21.09.2013) y ya perdieron la vida 62 personas en este ataque, el más sangriento de los últimos 15 años en el país africano. En 1998, más de 200 personas murieron debido a un atentado con bombas en la embajada estadounidense en la capital de Kenia.
Milicia somalí exporta la lucha terrorista
En Somalia, los islamistas sufrieron duras derrotas en los últimos meses. Desde septiembre de 2012, al ser electo presidente Hassan Sheikh Mohamud, una luz de esperanza parecía surgir, luego de dos décadas de decadencia estatal. La misión militar de los Estados africanos logró expulsar a Al Shabab de dos ciudades importantes, Mogadishu y Kismayo. Desde octubre de 2011 participan en esa misión cera de 4.600 soldados kenianos, y desde entonces se han producido atentados menores en Kenia. Pero ahora, esa amenaza ha cobrado una nueva dimensión.
Aun cuando la misión de la Unión Africana (AU) en Somalia (AMISOM) registró episodios de éxito, todavía no ha ganado la lucha contra el terrorismo, opinan expertos. “Los islamistas radicales solo han perdido terreno en las ciudades”, dice Emmanuel Kisiangani, del Instituto de Investigación sobre Seguridad, de Nairobi. “En el sur de Somalia ocupan un extenso territorio, y todavía son peligrosos”. El hecho de que Al Shabab se haya atribuido el atentado al centro comercial es una clara señal en ese sentido, dice Kisiangani.
Demasiado tarde para la retirada
Para el experto está claro que, con el atentado a un centro de compras de la zona pudiente del oeste de la ciudad, un lugar al que concurren turistas y empleados de organizaciones internacionales, Al Shabab quiso demostrar que aún es capaz de provocar graves daños. Desde hace meses se sabe que el centro comercial Westgate es un posible objetivo de ataques terroristas, dijo a Deutsche Welle un funcionario de una fundación alemana en Nairobi que no quiso dar su nombre.
Sin embargo, el atentado tuvo el efecto sorpresa esperado por los terroristas, además de que logró llamar poderosamente la atención internacional, dado que, actualmente, las miradas están puestas en el juicio al vicepresidente de Kenia, William Ruto, a quien se juzga en la Corte Penal Internacional de La Haya por crímenes de lesa humanidad cometidos luego de las elecciones presidenciales de 2007.
Es casi imposible, señala Emmanuel Kisiangini, que Kenia acceda a retirar sus tropas de Somalia, tal como lo exigen los yihadistas. La amenaza terrorista sigue siendo una realidad. Guido Steinberg, de la Fundación Ciencia y Política, de Berlín, piensa que, aunque accediera, ya es demasiado tarde para una retirada. “Aun si los kenianos se retiraran de Somalia, Al Shabab ya declaró a Kenia como enemigo importante”, dijo el experto en terrorismo en entrevista con Deutsche Welle. Además, las tropas kenianas son necesarias para estabilizar Somalia, pero en Nairobi esa cuestión todavía es algo muy lejano. La prioridad número uno es ahora rescatar a los últimos rehenes y brindar asistencia a los heridos.