Lucha de poder en Sudán: el pueblo contra los militares
Desde el violento desalojo de un campamento de protesta en Jartum, las tensiones entre la oposición y los militares han aumentado enormemente. Documentamos esa lucha de poder en esta galería de imágenes.
Protesta
Durante varias semanas, miles de manifestantes se instalaron frente al Ministerio de Defensa de Sudán para solicitar la creación de un Consejo de Transición que dejara en manos de los civiles el control del gobierno. Sin embargo, a comienzos de junio los militares, que habían estado negociando con la oposición, atacaron a los civiles, causando la muerte de decenas de personas.
En nombre de la nación
Un manifestante ondea la bandera de Sudán cerca de los cuarteles generales del Ejército. La enseña patria representa las exigencias de la sociedad civil, que busca participar en la construcción del futuro del país por medio de un trabajo mancomunado con los militares. Si eso resultara, sería un enorme paso hacia la democratización de Sudán.
Señales de alerta
En los días previos a la masacre del 3 de junio de 2019, las fuerzas armadas reforzaron su presencia en las calles. A los ojos de muchos opositores, la señal de que el Ejército no dejaría el poder tan fácilmente empezaba a ser evidente. Precisamente lo que no querían los miles de sudaneses que salieron a las calles para sacar al dictador Omar al-Baschir.
El fin de una era
Desde 1993 hasta su caída en abril de 2019, Omar al Bashir dirigió a Sudán con mano dura. Actuó con especial fiereza contra sus opositores. Para mantenerse en el mando, disolvió el Parlamento en 1999. Incluso en esos años dio refugio al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden. Pero su nombre está vinculado especialmente a la guerra contra los separatistas de la provincia de Darfur.
Tragedia nacional
Durante muchos años, los ciudadanos de Sudán del Sur exigieron mayor autonomía. Las tensiones llevaron en 2003 a un conflicto armado sumamente cruento. Según estimaciones de la ONU murieron hasta 300.000 personas. Como consecuencia de la guerra, en 2011 Sudán del Sur obtuvo su independencia. Para el norte fue una enorme pérdida, porque las reservas de petróleo se hallan en el sur.
El dictador ante la corte
Muchos sudaneses esperaron durante largo tiempo ver al dictador ante la Justicia. De hecho, Omar al-Bashir se presentó el 16 de junio en un juicio abierto en su contra. Está acusado de corrupción y posesión ilegal de divisas extranjeras. Después de su caída, las fuerzas de seguridad encontraron en su casa más de 100 millones de dólares en bolsas.
La voz de las mujeres
Muchas mujeres también han participado en las protestas. En Sudán, ellas gozan desde hace bastante tiempo de una amplia libertad, si se compara con países vecinos. Su presencia no solo reforzó cuantitativamente las manifestaciones, sino también ayudó a darles otra cara, porque ellas expresaban que el deseo de democracia e igualdad era transversal.
Ícono de la revolución
La estudiante de arquitectura Alaa Salah se convirtió en el rostro de la revolución. Cuando en abril se subió al techo de un auto para hablar a los manifestantes, un fotógrafo obtuvo esta imagen. Desde entonces, ha sido compartida miles de veces en redes sociales. Este tipo de fotos se han convertido en parte importante del movimiento, pues permiten que todos se identifiquen con él.
Solidaridad internacional
Gracias a las redes sociales, las protestas se hicieron conocidas a nivel mundial de forma inmediata. Los sudaneses han recibido todo tipo de expresiones de apoyo internacional, como vemos en esta imagen de Edimburgo (Escocia). El lunes 17.06.2019 los ministros de Exteriores de la UE exigieron "el inmediato fin de la violencia contra el pueblo sudanés".
Apoyo al Ejército
Sin embargo, no todos los sudaneses se han vuelto contra el Ejército. Muchos apoyan a los militares y esperan un gobierno de mano dura. Sus partidarios afirman que solo de este modo el país podrá tener un futuro próspero. En quien más confían es en el general Abdel Fattah al Burhan, presidente del Consejo Militar y quien aparece en la pancarta de la imagen.
El "hombre fuerte"
Sin embargo, a quien se considera el hombre fuerte del Ejército es al general Mohammed Hamdan Daglu, alias "Hemeti". Él dirigió las tropas que atacaron a los civiles frente a la sede militar. Durante la guerra de Darfur comandó a las milicias Janjaweed, que combatieron brutalmente a los rebeldes. Los manifestantes temen que él se convierta en el nuevo jefe de Estado de Sudán.
Preocupación en el Golfo
Los líderes de otros países árabes miran con preocupación y nerviosismo el desarrollo de los acontecimientos en Sudán. Como Mohamed bin Zayad al-Nahyan, príncipe heredero de los Emiratos Árabes Unidos. Allí temen que las protestas sean vistas como un ejemplo a seguir. Por eso EAU y Arabia Saudita apoyan a los militares sudaneses.
El vecino del norte
También desde El Cairo miran con preocupación hacia Jartum. El gobierno del presidente Abdel Fattah al-Sisi teme que los Hermanos Musulmanes ganen influencia en Sudán. Ese grupo ha sido duramente perseguido por las autoridades egipcias tras el golpe de Estado de 2013 contra Mohamed Mursi. Si la Hermandad se establece en Sudán podría recuperar energías también en Egipto, temen las autoridades.
Tensión sin fin
En Sudán las protestas siguen adelante. El viernes 14 de junio, Sadiq al-Mahdi, líder de la oposición desde hace décadas, exigió una investigación sobre el mortal desalojo del campamento de protesta en Jartum. Evidentemente esto no les gusta a los militares. Las tensiones en Sudán podrían entrar en una nueva fase, aún más compleja.