Luchadores pacíficos por un mundo mejor
7 de diciembre de 2012En Turquía, ser activista del medio ambiente aún sigue siendo peligroso. Sobre todo cuando la lucha se libra contra los grandes consorcios. Antes de convertirse en defensor del medioambiente, Hayrettin Karaca fue un industrial exitoso, fundador de una empresa textil en Turquía. Durante un viaje através del país, en los años 70 del siglo XX, se dio cuenta que el medioambiente sufría daños porque los campesinos usaban mal las tierras. Talaban bosques antiguos, plantas poco comunes estaban en peligro de extinción, y la erosión de la tierra avanzaba incesantemente.
El abuelo del movimiento ecologista turco
Karaca decidió actuar, documentando los daños al medio ambiente e informando a la política y a la sociedad. El empresario recogió árboles y plantas poco comunes y plantó un gran jardín botánico en la capital, Estambul. Hoy en día, éste cuenta con más de 14.000 tipos de plantas diferentes, de las cuales muchas son nativas de Turquía. Como Hayrettin Karacas desea informar a la población, su jardín está abierto al público.
A principios de los años 90, fundó junto con otro empresario la Fundación TEMA, que también ejerce una fuerte influencia sobre la política. Entretanto, 450.000 voluntarios apoyan a la fundación, en especial, jóvenes, quienes difunden exitosamente el mensaje de Karacas en el mundo: según una encuesta actual, dos tercios de la población turca estima que la erosión de la tierra es un problema relevante. A pesar de sus 90 años, Karaca se sigue presentando en público para discutir los problemas ecológicos, de preferencia, con un público joven. El ecologista ha recibido el premio de honor del Premio al Sustento Bien Ganado, mejor conocido como Premio Nobel Alternativo 2012.
La doctora de los pobres
Sima Samar tenía 22 años cuando su esposo desapareció, así como sus tres hermanos y otros 60 miembros de su familia. Nunca volvieron a aparecer, perdiéndose en los disturbios de la guerra de Afganistán de finales de los años 70 del siglo pasado. Pero en vez de desesperarse, la joven shiíta miró hacia adelante: en la Universidad de Kabul se formó como médica, pero pocos meses después de su graduación tuvo que huir a Pakistán, donde pasó 17 años en el exilio.
Samar trabajó mucho tiempo como médica en los campamentos de refugiados afganos, y en 1987 fundó el primer hospital para mujeres y niños afganos en la ciudad fronteriza pakistaní Quetta. Dos años más tarde fundó la organización Schuhada, que, hasta la fecha, administra más de cien escuelas, así como 15 hospitales y centros ambulatorios de salud en Afganistán y Pakistán.
En el 2001, Sima Samar regresó a Afganistán para convertirse en la Ministra para Asuntos de la Mujer en el Gobierno afgano de transición. No obstante, un año más tarde dimitió y se hizo cargo de la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos independiente de Afganistán. Pese a recibir amenazas de muerte, la doctora sigue creyendo firmemente en su visión de un Afganistán mejor, sobre todo para las mujeres y los niños: “A través de nuestro trabajo, muchos afganos se enteraron por primera vez de que poseían derechos básicos”, cuenta en entrevista con DW.
El Maquiavelo pacífico
Gene Sharp pasó nueve meses en la cárcel por objetor de conciencia al servicio militar. El joven estadounidense, de 25 años, estaba convencido de que la guerra de su país contra Corea era absurda.
La revolución política pacífica se convirtió en el lema de la vida Sharp: a sus 84 años ha escrito varios libros, y en 1983 fundó el Instituto Albert Einstein de Investigación de Formas de Resistencia y de Acciones Pacificas en Boston. Uno de sus libros más exitosos ha sido “De la dictadura a la democracia”, una obra que conmovió al mundo. Fue traducida a más de 30 idiomas y hace poco Sharp la publicó gratuitamente en Internet.
Según Gene Sharp, ningún régimen puede sobrevivir sin el apoyo de las personas. Si pierde ese apoyo, toda la estructura se derrumba. Ha compilado casi 200 métodos de acciones pacíficas, que han inspirado a activistas sociales en todo el mundo. Un ejemplo es la Revolución Naranja en Ucrania, donde adoptaron su idea de utilizar un color simbólico para las protestas pacificas.
Aparte de Gene Sharp, Sima Samar y Hayrettin Karaca, también la Campaña Contra el Tráfico de Armas (CAAT, por sus siglas en inglés) fue galardonada con el Premio Nobel Alternativo 2012. Esta campaña británica se opone a la venta de armas en su país y reúne a varios grupos de paz.
Autor: Klaus Jansen/ VC
Editora: Cristina Papaleo