Más europeos del sur en Alemania
11 de agosto de 2012El número de trabajadores procedentes sobre todo de Grecia y España, pero también de Italia y Portugal, ha aumentado considerablemente en Alemania. Según la Agencia Federal del Trabajo, el pasado mes de mayo tenían trabajo aquí un 11.5% más de españoles y casi un 10% más de griegos que hace un año. Entre italianos y portugueses, la tasa de crecimiento es aproximadamente la mitad.
“Este aumento no es sorprendente”, dice Herbert Brücker, experto en migración del Instituto para el Mercado de Trabajo e Investigación Profesional de Nuremberg. “Lo raro es que las cifras sean tan bajas”. Si se juntan todos los inmigrantes de los países del sur, hacen un total de 30.000. Comparando con los polacos –unos 160.000 el pasado año-, o los rumanos –casi 100.000-, se trata de una cifra pequeña.
¿Por qué no vienen más trabajadores del sur a Alemania?
¿Por qué motivo? Uno es que en España y Grecia, quien tiene trabajo, gana más que en Polonia y Rumania. Brücker asegura que “en cuestiones de migración por motivos laborales, el nivel salarial tiene más impacto que el desempleo”. Así pues, parece que los desempleados del sur prefieren esperar un golpe de suerte en la madre patria antes que plantearse un futuro en tierra extranjera. O, sencillamente, cuentan con la experiencia de que, a pesar de las tentadoras cifras del mercado laboral alemán, no es fácil encontrar trabajo en Alemania.
Por un lado, les faltan los conocimientos básicos del idioma, necesarios en muchas profesiones. Por otro, se piensa que en los países del sur hay muchos universitarios que vienen con grandes expectativas de encontrar un trabajo muy bien remunerado. Según Brückner, esta es una de las razones que lleva a los empresarios alemanes a rechazar a candidatos españoles y griegos. En las profesiones del ámbito técnico y comercial hay un obstáculo aún mayor: en muchos países la formación es muy teórica. Alemania encabeza internacionalmente en solitario su sistema dual de formación profesional combinado con práctica continuada.
Por otra parte, Alemania resulta atractiva para españoles y griegos solo en parte. “Para que el engranaje funcione, debe haber cesiones por ambas partes”, aclara Brücker. “Los inmigrantes deben rebajar sus expectativas de lograr de inmediato un salario alto, acorde con su cualificación. Y los empresarios alemanes debieran comenzar a aceptar titulaciones que no se corresponden exactamente con el sistema formativo alemán”.
La singularidad del sistema alemán de formación profesional
Hay otras soluciones. En julio tuvo lugar en Stuttgart una conferencia hispano-alemana sobre formación en la que la ministra alemana de Educación, Annette Schavan, ofreció ayuda a su homólogo español, José Ignacio Wert, en el diseño de un sistema dual de formación profesional. “Alemania se considera pionera en este ámbito dentro de Europa”, afirmó Schavan.
El consorcio tecnológico Siemens tiene otra propuesta: desde principios de agosto, forma en Berlín bajo este sistema dual a 29 estudiantes procedentes de 14 países de la Unión Europea. Al principio de esta formación, que dura en total tres años y medio, se imparte un curso de alemán durante seis semanas. Habrá asignaturas y documentación en inglés, pero las pruebas finales serán en alemán.
El proyecto de Siemens no está enfocado específicamente a los países en crisis, pero despertó en ellos un enorme interés: uno de cada tres estudiantes procede de Grecia, España y Portugal. Martin Stöckmann, director del proyecto y responsable de formación para el noreste de Alemania, señala que Siemens deseaba de esta manera “sentar un precedente. Aunque se trate de una gota de agua en el mar, podría crear escuela”, señala.
Autor: Klaus Dahman/MS
Editora: Emilia Rojas