Médicos extranjeros: ¿les falta dominio del alemán?
16 de marzo de 2013Cuando la gente va al médico no solo espera una buena atención, sino también un oído atento a sus problemas. Muy a menudo, una charla abierta con un profesional puede aliviar dolencias, e incluso prevenirlas.
Andrea Staniszewski lo sabe muy bien, ya que trabajó como enfermera durante cinco años y hoy es asesora en la Fundación para la Protección del Paciente. “Lo importante es escuchar y entender a los pacientes”, dice.
Las personas que visitan a Andrea Staniszewski pasaron por experiencias desagradables. “Es notable que vivieron una comunicación deficiente con los médicos. Muchos de ellos no se sintieron comprendidos”, cuenta. En realidad, asegura, a menudo el problema está relacionado con la falta de conocimientos de alemán de los terapeutas que los tratan.
Anestesia sin palabras
La relación médico-paciente es muy delicada y compleja. Para muchos, los profesionales son “semidioses de blanco” que todo lo saben y tienen el poder de mejorarles y hasta prolongarles la vida. ¿Cuán grande es entonces la desilusión si esos “semidioses” no hablan su idioma, en este caso, el alemán?
“No podemos descartar que haya pacientes que ven a los médicos extranjeros con desconfianza”, dice Staniszewski. Sin embargo, según lo que recogió durante sus charlas con los enfermos, muchas veces los pacientes se ven en la necesidad de pedir a los enfermeros que traduzcan sus preguntas a los facultativos porque éstos no los entienden. Eso hace que los médicos confirmen a menudo un diagnóstico con demora, ya que no comprenden los síntomas del enfermo.
“Pero justamente en el área de la medicina el diagnóstico se establece a través del diálogo con el paciente”, subraya la enfermera. “Me imagino lo difícil que debe ser eso para un médico que no posee suficiente vocabulario”.
Eso se hace notar y es especialmente dramático en la conversación del paciente con su anestesista. El padre de Andreas Stanizewski fue operado hace algunos años de cáncer de colon. La noche anterior a la intervención quirúrgica, un médico extranjero joven entró a su habitación y, en lugar de tranquilizarlo, solo le entregó un papel para que lo firmase. “Aquí, riesgos, aquí, firmar”, dice que le dijo al enfermo. De ese modo, éste se quedó sin una conversación en la que se le explicara de manera comprensible lo que le esperaba durante la operación y en el post-operatorio.
Cursos de alemán para médicos
Gergios Godolias es un médico griego que emigró hace 37 años a Alemania y hoy es director de la Clínica St. Anna, en Herne. Un 25 por ciento de su equipo proviene del extranjero, como él. “La sociedad alemana tiene que aceptar que necesita extranjeros para garantizar el servicio médico”, dijo Godolias a DW. “Lo importante es que se los integre desde un principio al ritmo cotidiano en los hospitales”, agregó. Y subrayó que no cree que sea realidad ese panorama negativo según el cual los facultativos extranjeros no hablan ni un poco de alemán.
Hoy en día, todos los médicos que trabajan en hospitales deben probar su conocimiento de ese idioma, dijo Godolias. Tampoco tiene conocimiento, señaló, de casos de mala praxis por falta de dominio del alemán. Sin embargo, coincide con Andreas Staniszewski en que sí se debe mejorar la comunicación entre los médicos extranjeros y los pacientes alemanes.
En Herne se tomaron medidas concretas: desde octubre de 2012 se ofrecen cursos de alemán a todos los médicos que llegan de otros países, y no se hace hincapié solo en la comunicación cotidiana, sino, además, en el vocabulario especializado. Georgios Godolias apoya a su personal durante el diálogo con los pacientes, de ser necesario.
El ejemplo de Herne surge de una iniciativa individual, pero muchos esperan que se aplique como medida obligatoria a todos los médicos que se desempeñan en clínicas alemanas. Rudolf Henke, jefe de la Asociación del Sindicato de Médicos de Marburgo, piensa que se deben implementar cursos de alemán con diploma que tematicen el vocabulario especializado, junto con el de uso diario. “Ya solicitamos por escrito al Ministerio de Cultura y al Ministerio de Salud que elaboren un programa al respecto”, dice Henke, “pero aún no recibimos respuesta”.
Puede parecer un detalle, pero, sin duda, se trata de un asunto urgente e importante. La falta de conocimientos del alemán de los médicos extranjeros es un problema, y no solo para los pacientes, sino que también es una carga para los médicos alemanes. En un sondeo reciente, un 70 por ciento de esos profesionales admitieron que las horas extra y las guardias influyen negativamente en su salud. Si además tuvieran que traducir los diálogos de los colegas con los pacientes, la situación empeoraría. Además, lograr un estándar de comunicación también contribuye con un incremento del bienestar, tanto para los médicos como para los pacientes.
Autora: Clara Walther/ CP
Editora: Rosa Muñoz Lima