Macron quiere que Alemania hable de armas nucleares
17 de febrero de 2020¿Se sienten los alemanes demasiado cómodos bajo el paraguas nuclear de Estados Unidos? El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dejó esa impresión en la Conferencia de Seguridad de Múnich. El mandatario galo hizo campaña para que se impulse un debate nuclear en Alemania, aun cuando esa discusión no será algo sencillo. En todo caso, a Francia no le asustaría que Alemania y la Unión Europea se alejaran de la protección nuclear que ofrece Estados Unidos.
¿Vueltas de la historia?
La apertura francesa a la cuestión nuclear es de larga data. Ya en 1957 París estaba lista para hacer amplios compromisos con Alemania. Entonces, el ministro alemán de Defensa, Franz Josef Strauß, y su colega galo, Jacques Chaban-Delmas, trabajaron estrechamente en asuntos relacionados con cohetes y tecnología nuclear. Los detalles fueron luego arreglados en un acuerdo secreto.
Para París era tentadora la idea de una económicamente poderosa República Federal de Alemania participando activamente en el costoso plan. De forma paralela, el presidente de Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, también mostró interés en que Alemania desarrollara un arsenal nuclear propio. Los alemanes, en cambio, y a pocos años de terminada la Segunda Guerra Mundial, rechazaban masivamente esta posibilidad. Incluso tenían el derecho internacional de su lado, pues al ser aceptada en la OTAN en 1955, Alemania declaró expresamente que se abstendría de desarrollar armas nucleares. Ese detalle no era obstáculo para París, porque la producción de las armas se realizaría en Francia, y no en Alemania.
El ambicioso proyecto se vino abajo cuando el general Charles de Gaulle asumió el poder en 1958. De Gaulle frenó el trabajo conjunto, limitó la integración militar a la OTAN y construyó una fuerza nuclear sin apoyo de terceros países, la llamada "Force de frappe”.
Tercera potencia nuclear del mundo
En la actualidad, la "Force de frappe” dispone de unas 300 ojivas nucleares, como dijo Macron en un discurso de política de seguridad hace algunos días. Esto hace que, entre las potencias nucleares reconocidas, Francia disponga del tercer mayor arsenal del mundo.
Las cabezas nucleares de submarinos y bombarderos serán modernizadas en los próximos años a un costo de 35 mil millones de euros. Existe consenso político sobre la importancia de las inversiones para mantener la soberanía francesa, pero para un país con una deuda del 100 por ciento de su PIB, el mantenimiento de las armas nucleares es una verdadera hazaña. Por ello, no es de extrañar que ya en 2007 el presidente Nicolas Sarkozy ofreciera a Alemania cofinanciar este costoso sistema de protección. Berlín se negó.
Duro debate
Una propuesta similar, en todo caso, no fue planteada por Macron en esta oportunidad. Sin embargo, la idea de que Alemania debería debatir sobre el tema deja entrever que Macron -que se ve a sí mismo como un innovador y motor de una Europa más moderna- también quiere moverse en ese tema. El ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, dijo a DW al respecto que "aceptaremos esta invitación a un diálogo estratégico”, pero añadió que está en contra de alejarse de Estados Unidos.
Sí o sí, el Ejército alemán estará involucrado en un ataque nuclear en caso de guerra. En Büchel, Renania-Palatinado, se almacenan -bajo la supervisión de EE.UU.- misiles nucleares que serían desplegados en aviones de combate Tornado. Estos jets, sin embargo, ya llegaron al límite de su vida útil y serán reemplazados en unos años. En Múnich, Macron promovió un proyecto militar que involucraría a España, Francia y Alemania en la construcción de una nueva generación de aviones de combate de acá al año 2040.
Nada concreto
Macron no hizo en Múnich anuncios sobre planes específicos para una defensa europea más independiente. No repitió aquella frase del año pasado, cuando dijo que la OTAN tenía una "muerte cerebral”, pero sí habló de los dos pilares de la seguridad de Europa: la Unión Europea y la OTAN. Sin embargo, recalcó que "necesitamos una defensa más fuerte para Europa”.
Pese a todo, Francia sigue moviéndose en márgenes estrechos en lo relativo a las armas nucleares. Macron rechazó el reingreso de su país al organismo de la OTAN que asesora sobre cuestiones de defensa nuclear. De esta manera, se mantiene fiel a la doctrina de De Gaulle. Después de todo, lo que quiere París es que sus socios europeos comprendan de mejor manera su estrategia de defensa.
También es teóricamente posible que Berlín y París estén más avanzados de lo que se sabe en sus conversaciones sobre el tema nuclear. En un informe del Parlamento alemán, expertos no descartaron que ambos países hayan agregado acápites secretos sobre este punto al Tratado de Amistad de Aquisgrán firmado el año pasado.
A los alemanes no parece molestarles tanto esta posibilidad. Una encuesta de la Fundación Körber mostró que el 40 por ciento de la ciudadanía apoyaría un escudo protector nuclear conjunto con Francia o Reino Unido, mientras que solo un 22 por ciento dice lo mismo sobre Estados Unidos.
(dzc/cp)
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