Marcelo Díaz: el héroe recupera su pedestal
1 de octubre de 2015La prensa alemana recibió al campeón de la Copa América a su regreso a Hamburgo con titulares como “Marcelo Díaz, el de los muslos gordos” (Kicker), o “Díaz, uno de los chicos problema” (Hamburger Morgenpost). El trasfondo de las historias era el sobrepeso con el que el chileno regresó al trabajo después de las cortas vacaciones que disfrutó tras ganar el máximo torneo de selecciones en Sudamérica.
Esta semana los mismos medios de comunicación no ahorraron ningún elogio para referirse al primer partido jugado esta temporada por Díaz en la Bundesliga, disputado contra el Schalke. “El destructor lucha para ser titular” dijo Kicker, mientras el Hamburger Morgenpost aseguró que el chileno es el “nuevo jefe del mediocampo, cerebro y conductor del juego del Hamburgo”.
Entre uno y otro texto hay escasos dos meses. Un tiempo que para Marcelo Díaz se antojó largo, difícil, y casi carente de esperanzas. Las cosas se pusieron especialmente complicadas luego de que el entrenador del Hamburgo, Bruno Labbadia, le anunciara con mucha sinceridad al chileno que en las condiciones físicas en las que se encontraba después de la Copa América, sus opciones de jugar eran pocas.
Así las cosas, el banco de suplentes esperaba al ídolo de una ciudad en la que con frecuencia, cuando sale a pasear, los aficionados agradecidos lo detienen para pedirle un autógrafo o tomarse una foto con él. En el equipo, sin embargo, el hecho de haber sido el autor del gol que le permitió al Hamburgo defender su cupo en la primera división tuvo poco valor al inicio de la nueva temporada.
En forma a punta de golpes
Durante las primera seis jornadas de la Bundesliga el chileno prácticamente no pisó las canchas alemanas. Aún así, durante esos malos ratos Marcelo Díaz le fue fiel a su lema personal: “el fútbol vive de momentos”. Y uno de ellos llegó para redimirlo cuando en la séptima fecha del campeonato alemán, ante falta de alternativas, Labbadia lo plantó en el equipo titular para que se convirtiera en la gran figura contra el Schalke.
“Después de la Copa América no llegué a Hamburgo en las mejores condiciones”, reconoció Díaz, “el equipo ya estaba afinado, empezó la Bundesliga con buen ritmo, y a mi solo me quedó como opción entrenar duro, y esperar por una oportunidad”.
Pero eso es apenas una parte de la verdad. La otra, según confesó Díaz al diario Bild, es que para bajar de peso y recuperar su mejor forma, decidió practicar por su cuenta el boxeo, donde se exigió al máximo noche tras noche. ¿La recompensa? Una figura ideal y ágil, que unida a su rapidez de pensamiento hoy lo convierten en un jugador imprescindible del Hamburgo.
“Las virtudes de Marcelo se aprecian mejor cuando él tiene el balón en sus pies. Entonces puede dominar el juego, marcar el ritmo y movilizar a todo el equipo”, resumió el entrenador Labbadia las razones por las cuales considera posible seguir planeando con el chileno como titular.
Marcelo Díaz, por su parte, dice simplemente: “No hay que confiarse”. Por eso, además del boxeo, entrena duro en su casa incluso en los días que tiene libres. El héroe de la temporada pasada en Hamburgo no tiene previsto bajarse otra vez de su pedestal.