Mario Monti: “el futuro del euro depende de Italia”
17 de noviembre de 2011Mario Monti promete disciplina, y eso le gusta a los mercados. Ante el Senado italiano presentó el recién nombrado primer ministro el programa en base al cual espera gobernar durante los difíciles tiempos venideros, aquellos para los que le ha sido encomendada la tarea de sacar a su país del atolladero financiero y, por extensión, evitar que sea mayor para el resto de Europa.
El plan incluye reformas estructurales del sistema de pensiones, del fiscal y del mercado laboral. Y el euro, que a medio día del jueves (17.11.2011) caía después de que España y Francia se vieran obligadas a pagar altos intereses por sus bonos públicos, se recuperaba más tarde con la determinación de Monti.
“Los inversores han reaccionado positivamente al anuncio hecho por el nuevo Ejecutivo italiano”, decía desde el parqué alemán de Fráncfort un experto en divisas a la agencia dpa. Monti parece haber valorado correctamente la situación: “el futuro del euro depende de lo que Italia haga las próximas semanas”, declaró en la Cámara alta.
Disciplina, crecimiento y justicia
Una y otra vez se veía Mario Monti obligado a interrumpir su discurso: los aplausos que sucesivamente le brindaban los senadores eran muestra de su conformidad con las medidas que el primer ministro estaba dando a conocer, pero también de cuánta esperanza hay depositada en este hombre. El nuevo Gobierno italiano podría “dar una sorpresa positiva”, escribe en un comunicado la agencia de rating estadounidense Fitch, y hay poco que el país y el conjunto del continente europeo esperen más que eso.
Disciplina presupuestaria, crecimiento y justicia social son las tres columnas sobre las que Monti desea sustentar su tarea gubernamental. El camino del ahorro será duro, advirtió al país, pero se intentará también que resulte “justo”. “Cuanto mejor estén repartidos los sacrificios”, indicó Monti, “mayor será su aceptación”. Así, el primer ministro prometió recortar sin debilitar el sistema educativo y le declaró la guerra a la evasión fiscal y a la economía sumergida, que suma entretanto el 20% del PIB italiano.
La reforma del sistema de pensiones -que eleva la edad de jubilación- y del laboral -que facilita el despido- ya aprobadas por el Ejecutivo de Berlusconi, así como otras medidas tomadas y nunca aplicadas, se llevarán cuanto antes a la práctica. El objetivo final es alcanzar un presupuesto equilibrado para 2013, año en que se prevé la celebración de nuevas elecciones en Italia.
Un plazo de dos años para sanear el segundo país más endeudado de Europa: a nadie se le escapa lo draconiano de la labor ni el hecho de que ésta no se logrará sólo con ajustes. “Italia ha hecho mucho”, recordó Monti, “pero el frágil crecimiento lo ha destruido todo”. Crecer será fundamental: “tenemos que reducir el anquilosamiento de la economía, permitir la fundación de nuevas empresas, hacer la administración más eficiente y crear puestos de trabajo para los jóvenes”, sostuvo el jefe de Gobierno.
“Somos Europa”
A finales de noviembre, una comisión de expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) viajará a Italia para verificar los pasos dados, y de Roma a Bruselas pasando por Madrid, París y Berlín se contendrá la respiración. De que Monti mantenga su buena imagen depende mucho en el continente. En los fondos de rescate europeos no hay dinero para salvar a la tercera economía del continente, y cada vez son más –en la política y a pie de calle- los que dudan de la supervivencia de ese constructo llamado eurozona.
La canciller alemana, Angela Merkel, le ha pedido por escrito al nuevo primer ministro italiano que dé luz verde e implante “cuanto antes las medidas necesarias”. Alemania baraja la posibilidad de proponer a sus socios un cambio de los tratados de la UE para incluir en ellos alguna obligación adicional y la posibilidad de que un organismo comunitario vigile la gestión financiera de los Estados miembros. Pero nada de eso servirá si Italia no sale a flote. “Somos Europa”, dijo Monti en el Senado, “tenemos que encargarnos de que este país no vuelva a ser nunca el eslabón débil de la cadena europea”.
Autor: Luna Bolívar
Editor: Pablo Kummetz