Marismas: los mejores protectores costeros del mundo
10 de enero de 2020Tan fangosas como planas, las marismas y zonas intermareales no gozan necesariamente del atractivo de las arenas doradas y los acantilados costeros, pero en una era en la que el nivel del mar está aumentando, estas extensas áreas de zonas intermareales ofrecen una protección no reconocida a las comunidades costeras de todo el mundo.
Debido a su ubicación geográfica en el hemisferio norte, uno podría pensar que Alemania no se ve afectada por el calentamiento global. Pero frente a la costa noroeste del país hay un puñado de pequeños islotes de marisma, donde solo viven unas pocas personas, y el cambio climático ya está llamando a sus puertas.
Conocidas como Halligen, o Hallig, son únicas en el sentido de que incluso las que están habitadas son frecuentemente inundadas por la naturaleza salvaje del Mar del Norte. Con apenas protección costera, los isleños han lidiado con inundaciones continuas de aguas saladas durante siglos, pero a medida que aumenta el nivel del mar en todo el mundo, algunos lugareños en Hallig Hooge están empezando a preguntarse cuánto tiempo más podrán permanecer de forma realista en su hogar.
Al otro lado del Mar de Frisia, el sistema de marismas más grande del mundo y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se encuentra el islote Hooge, frente a la isla verde esmeralda de Pellworm. Pellworm surgió de un área de tierra costera mucho mayor, que fue inundada durante una violenta marea de tormenta hace cientos de años. Hoy en día, Pellworm está completamente rodeada de gigantescos diques de protección.
Los lugareños quieren mantener los muros. Si los quitaran, sería el fin de Pellworm, según Knud Knudsen. Knudsen ha pasado toda su vida en la isla y atraviesa las marismas regularmente, desde Pellworm hasta Hallig Süderoog, para entregar el correo a pie.
Pero no solo están amenazadas las islas de este rincón de Alemania por la subida del nivel del mar. Todo el sistema de zonas intermareales circundantes, cuyo lecho marino se expone durante dos bajamares al día, corre el riesgo de hundirse bajo el agua.
Como resultado, millones de aves migratorias, que vienen aquí a descansar y anidar en las llanuras de marea y marismas salinas, ya no podrían habitar este lugar. Este ecosistema único, que es similar en otras zonas intermareales del mundo, se vería permanentemente perturbado y afectaría al pasto marino y, con él, a la lombriz de arena o arenícola marina, a los caracoles, cangrejos, peces, focas y delfines.
El turismo y los estilos de vida de las personas también se verían afectados. Por eso, algunos conservacionistas están intentando tomar un camino diferente: no quieren trabajar contra el mar, sino con él. En lugar de limitarse a la dependencia de diques y muros costeros, quieren devolver partes de la tierra al mar a través de lo que se conoce como "retirada o reubicación controlada”, en regiones bajas de todo el mundo. Este proceso es controvertido. Sin embargo, los conservacionistas argumentan que si se adopta en lugares adecuados, puede favorecer la convivencia entre el océano, la vida silvestre y el ser humano.
(ar/cp)
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