Max Planck: investigación de vanguardia
30 de octubre de 2006Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno, Plutón... ¿y 2003 UB313? ¿O habrá que quitar a éste último y quizá también a Plutón de la lista? ¿Un planeta más o un planeta menos? Ese es el dilema que la Unión Astronómica Internacional (IAU, en sus siglas en inglés), que gestiona los nombres que se dan a estrellas y asteroides, procura aclarar desde que a finales de julio de 2005 se anunciara el descubrimiento del que podría ser el décimo planeta de nuestro Sistema Solar.
No existe aún un criterio para definir qué es un planeta y por ello todavía la IUA no se pone de acuerdo en la descripción del nuevo objeto encontrado. Se trata de Xena, como lo llaman coloquialmente los científicos, inscrito en el registro astronómico internacional como 2003 UB313. Ahora, investigadores de la Universidad de Bonn en Alemania y el Instituto Max Planck para la Radioastronomía han estimado que su diámetro es aproximadamente de 3100 km, mayor que el de Plutón.
El descubrimiento de Xena y el debate que suscita la calificación que debe dársele, ha animado de nuevo a los astrónomos a decidir a corto plazo lo que debe considerarse científicamente un planeta. Con ese objetivo se reunirán en agosto científicos de la IUA en Praga, pero mientras tanto la medición realizada por el Instituto Max Planck aumenta las posibilidades para que Xena sea considerada el décimo planeta de nuestro Sistema Solar.
Pero y si nos interesamos por la lingüística y la gramática: ¿por qué los seres humanos podemos entender oraciones complejas mientras que nuestro primo más cercano, el mono, sólo comprende palabras sueltas?
Investigadores del Instituto Max Planck para la Cognición Humana y las Ciencias del Cerebro en Leipzig han descubierto que dos áreas del cerebro humano son las responsables del procesamiento del lenguaje. Han encontrado que las estructuras simples del lenguaje, vocablos sueltos, se ejecutan en un área que filogenéticamente es más vieja, y que los monos también poseen.
Sin embargo, las estructuras complejas, frases elaboradas, activan procesos en una zona comparativamente más joven que sólo existe en especies más evolucionadas, como es el caso del ser humano. Estos resultados demuestran que la capacidad lingüística a través de normas surgió más tarde en el homínido y permite establecer una relación entre la evolución humana y el desarrollo de la gramática.
Pero al mismo tiempo y por otro lado, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) ha aprobado por primera vez una medicación para tratar dos tipos de cáncer avanzado, después de haber probado las terapias estándar y que éstas fallen. El Profesor Axel Ullrich, director del Instituto Max Planck de Bioquímica en Martinsried, demostró a principios de los 90 que el bloqueo del desarrollo de los vasos sanguíneos en un tumor, reduce su crecimiento y degenera su tejido. Éste es el principio fundamental que ha permitido la producción de SUTENT®, cuyo componente activo es el Sunitinib. Los cánceres que se podrán tratar son el carcinoma renal y el tumor gastrointestinal. SUTENT® ha sido aprobado recientemente para su uso clínico en los Estados Unidos y se espera que se incorpore al mercado alemán este año.
Radioastronomía, ciencias del cerebro, tratamiento del cáncer… ¿quién da más?
Estos tres ejemplos son una muestra de la relevancia que posee el Instituto Max Planck dentro de la investigación y la ciencia en Alemania. El instituto goza de una destacada presencia en la Comunidad Científica por la sobresaliente calidad e innovación de sus investigaciones. No obstante, ¿qué significado tiene esta entidad y qué áreas de la ciencia abarca? El campo de la investigación en Alemania está dividido en tres diferentes sectores: la economía, las universidades y los institutos de investigación externos a la universidad, donde se destaca el Max Planck entre otros.
La Sociedad Max Planck no es una institución estatal, a pesar de estar financiada en un 50% con fondos públicos de la Federación, sino una asociación registrada que engloba diversos institutos de investigación, actualmente 81, repartidos por toda Alemania. Éstos se fundan, sobre todo, en torno a destacados investigadores.
Los institutos Max Planck están considerados como "Centres of Excellence" que fomentan tareas de investigación básica, es decir, la que tiene como objetivo ampliar el conocimiento científico, sin perseguir, en principio, ninguna aplicación práctica.
Como demuestran los ejemplos, los campos de investigación en los que trabajan son muy variados: desde las biociencias, pasando por el campo físico-químico, hasta las humanidades (derecho, psicología, historia y ciencias sociales).
La Asociación se dedica sobre todo, a líneas de investigación innovadoras que aún no han hallado suficiente espacio en las universidades. Sus resultados disfrutan de una excelente reputación tanto en Alemania como en el extranjero. Y no es para menos, ya que desde que se fundó en 1948, 16 investigadores de los institutos han sido galardonados con un premio Nobel en las áreas de la medicina, la química y la física: todo un punto de encuentro de la vanguardia científica de Alemania.