Maximilian Schell: fotos de una leyenda
El talento austríaco-suizo tuvo un formidable éxito internacional: un Oscar, además de varias nominaciones como director, dos Globos de Oro y muchos otros reconocimientos por su trabajo. DW repasa el legado de Schell.
Un hombre de múltiples talentos
Gracias a unos padres artistas, Maximilian Schnell estudió Literatura e Historia del Arte, a la vez que música y teatro. Aparte del escenario, le encantaba jugar al fútbol y tocar el piano. Fue un genio, más allá del papel de abogado defensor en la película "Los Juicios de Núremberg", de 1961, que lo hizo famoso.
Ha nacido una estrella...
Para el drama legal de 1961 "Los Juicios de Núremberg", el director Stanley Kramer reclutó grandes nombres de Hollywood. La película contaba con un elenco cinco estrellas: Spencer Tracy, Burt Lancaster, Richard Widmark, Marlene Dietrich y Montgomery Clift. Sin embargo, el joven actor germanoparlante, Maximilian Schell, fue el único en obtener un Oscar al mejor protagonista.
Bribones de película
Maximilian Schell era reacio a dejar en manos de otros actores el doblaje al alemán de sus papeles en inglés. Para "Topkapi", estrenada en Francia en 1964, grabó sus diálogos en alemán él mismo. Hustlers Peter Ustinov (en el centro) aparece junto a él y el actor Gilles Segal: estos sofisticados ladrones de joyas fueron referencia para las películas posteriores sobre grandes robos.
Películas de guerra
Después de recibir el Oscar, Maximilian Schell parecía predestinado a hacer películas sobre la historia de Alemania. Schell siempre encarnaba papeles relacionados con la Segunda Guerra Mundial. En la película "La Cruz de Hierro", interpretó al fanático capitán Stransky, que tenía roces constantes con el sargento Steiner (James Coburn), bajo la magistral dirección de Sam Peckinpah.
Papel como director
En Estados Unidos, la carrera de Schell tomó un rumbo distinto tras las cámaras: dirigía, escribía guiones y también probó como productor. En "El peatón", escrita y dirigida por él en 1972, dio incluso un papel a su madre. Tres años después dirigió "El puente sobre Estambul", basada en la novela "Der Richter und sein Henker", de Friedrich Dürrenmatt, quien además colaboró en el guion.
'Marlene'
Sus películas no siempre fueron éxitos de taquilla. De hecho, tenían más aceptación sus documentales. En 1983 convenció a Marlene Dietrich, que vivía retirada en París, para que participara en una pieza sobre su vida. Aunque nunca aparece en cuadro, es ella quien pone la voz en off. La película está considerada una obra maestra del cine histórico y fue nominada al Oscar a Mejor Documental en 1985.
'Mi hermana María'
En la última película que dirigió, en 2002, Schell se aventuró en un tema delicado: el avance de la demencia de su hermana María, una de las actrices más populares de la década de 1950. La enfermedad había desfigurado su cara, convirtiéndola en una sombra de lo que fue. Schell rodó con sumo tacto unas conversaciones muy personales, que dieron como resultado un documental realmente conmovedor.
Tributo al trabajo de toda una vida
Sobre el escenario, Maximilian Schell siempre se caracterizó por su sofisticación. Su imponente presencia, subrayada por su inseparable bufanda blanca, permanecerá en el recuerdo. Su trayectoria ha sido reconocida con diversos honores. En 2000, recibió el premio al Actor del Milenio en el Festival Báltico de Cine y, en 2009, recibió el Bambi, un célebre premio que concede la televisión alemana.