Medicamentos falsos: la muerte como negocio
17 de noviembre de 2006Verónica Díaz tenía 22 años de edad y residía en Viedma, Argentina. En general su salud era buena, hasta que se le diagnosticó una leve anemia causada por falta de hierro en la sangre. Le fue recetado un tratamiento con inyecciones para combatir el desbalance pero, en diciembre de 2004, su estado se agravó luego de recibir la séptima dosis. Poco después murió de una afección en el hígado.
Las autoridades argentinas determinaron en análisis post mortem que el organismo de Verónica había sido invadido por una sustancia altamente tóxica. Se estableció que la joven había sido víctima de una medicina apócrifa; un veneno mortal, pues, que era vendido bajo la marca de un remedio farmacológico.
Luego de algunas investigaciones, el gobierno argentino logró recuperar gran parte de las ampolletas apócrifas, pero las autoridades también encontraron una intrincada red bajo la cual se esconde la identidad de los falsificadores. Asimismo, se enfrentaron a un muy fragmentado sistema de distribución que hizo imposible la incautación de todos los productos falsificados.
Cuatro personas fueron detenidas, pero no hay pistas definitivas sobre los responsables. En mayo de 2005, otra mujer argentina murió y una más dio a luz a un bebé prematuro a causa de la misma sustancia. Todas fueron víctimas de la piratería rampante y mundial en el mundo de los medicamentos.
Un negocio mortal
El caso, que tuvo gran repercusión en Argentina a finales de 2004, fue retomado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para elaborar un reporte dado a conocer en Bonn. El organismo hace en el informe un llamado urgente para combatir la falsificación y contrabando de medicinas. Recuerda que en 1995 murieron 2.500 personas en Nigeria por haber ingerido medicamentos apócrifos. Ese mismo año, 30 niños indios murieron al consumir un supuesto antigripal que, en realidad, no era otra cosa que líquido anticongelante para automóviles (sustancia que tiene sabor dulce y color agradable, y cuya ingestión puede ser mortal).
De acuerdo con la OMS, buena parte de las medicinas falsificadas que circulan por el mundo lo hacen a través de internet. En especial, el organismo alerta sobre las farmacias virtuales que no exigen receta, y que ofrecen los supuestos medicamentos a precios casi de regalo. Un informe de la Unión Europea en materia aduanera consigna que, de todos los casos en que se detectaron medicinas falsificadas cuyo destino era el mercado europeo en 2005, 75 por ciento provenían de la India, 7 por ciento de Egipto, y 6 por ciento de China.
Alerta para América Latina
América Latina, de acuerdo con el reporte dado a conocer en Bonn, es especialmente vulnerable a este comercio ilícito. En Perú, el tráfico de medicinas falsificadas pasó de manejar un volumen de 40 millones de dólares en 2002, a 66 millones de dólares en 2005. En República Dominicana, informes oficiales destacan que 50 por ciento de las farmacias en ese país operan de manera irregular y el 10 por ciento de los medicamentos en el mercado son falsificados. En El Salvador, la falsificación de medicinas causó pérdidas por 40 millones de dólares a la industria establecida, tan sólo en 2005.
En México, agentes federales decomisaron en una sola operación 60 toneladas de medicamentos apócrifos, pese a lo cual el 10 por ciento de las medicinas vendidas en ese país son falsificadas. En Colombia, 5 por ciento del mercado farmacéutico es acaparado ya por productos falsificados o adulterados. De acuerdo con algunas previsiones, el mercado de medicinas apócrifas llegará a 75 mil millones de dólares en el año 2012; es decir, se incrementará en 90 por ciento en los próximos años.
Lo principal, no comprar
Pero lo que más importa son las vidas humanas. Es por ello que la Organización Mundial de la Salud formó en febrero pasado una fuerza de tarea especial, llamada IMPACT, cuyo primer resultado es el reporte dado a conocer en Bonn. El grupo observará los marcos legales de los diferentes países pues, dice la OMS, así es como las policías y las autoridades aduaneras contarán con atribuciones para intervenir de manera oportuna.
Las áreas que más preocupan a IMPACT, por su vulnerabilidad, son América Latina, el sureste de Asia, y la región subsahariana de África. En el nuevo organismo participan más de 20 asociados internacionales, y ya existe un ambicioso plan mediante el cual los usuarios podrían verificar a través del teléfono celular la autenticidad de las medicinas que adquieren. Pero, por lo pronto, la OMS lanza un mensaje claro a los consumidores: lo mejor es no comprar medicinas por internet, y menos si el precio es sospechosamente bajo. Hacerlo, recuerda el organismo, puede costar tan caro como la vida.