Migración: una oportunidad para Europa
5 de junio de 2015“La migración es un asunto global, no uno europeo; en consecuencia, deberíamos buscar soluciones globales“, señala Dilip Ratha, quien dirige el departamento de Migración y Desarrollo del Banco Mundial. “Veamos las cifras: una de cada siete personas en el mundo emigra. 750 millones de personas migran dentro de sus países; 250 millones lo hacen a nivel internacional, en su mayoría en Asia y África. ¿Y Europea se altera por un par de cientos de miles?”, plantea Ratha.
El especialista del Banco Mundial hizo notar que “la mayoría de los emigrantes van de un país en vías de desarrollo a otro”. A eso mismo apuntó en las Jornadas Europeas de Desarrollo Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo: “Cuando veo cuánta gente acogen, por ejemplo, Jordania y el Líbano, y lo comparo con Europa, me da vergüenza”.
Una oportunidad, no un lastre
La Organización Internacional para la Migraciones (OIM) dio a conocer un estudio, según el cual los europeos son los que tienen la postura más negativa con respecto al tema. No obstante, “allí donde viven particularmente muchos solicitantes de asilo -en especial en Alemania y Suecia- la actitud es bastante más positiva que en países con relativamente pocos inmigrantes”, señala Frank Laczko, de la OIM.
En los debates de Bruselas hubo consenso en cuanto a que el problema medular radica en la mentalidad de los políticos, que ven a los inmigrantes como un lastre y no como una oportunidad. Y esto pese a que Europa necesita la llegada de gente joven.
Joan Clos, director del Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, propuso que los solicitantes de asilo no sean alojados en albergues periféricos, aislados, y planteó que se requiere un diálogo con todos los sectores de la población. “Necesitamos discusiones sobre prejuicios y estereotipos, en las que participen todos, lugareños e inmigrantes”, subrayó.
Potencial económico
Dilip Ratha opina, por su parte, que “Europa debería concentrarse más bien en el potencial económico” de la inmigración, en lugar de pensar solo en los que buscan asilo. Porque esa es una idea distorsionada del fenómeno. El 93 por ciento de los emigrantes, a nivel mundial, abandona su país por motivos económicos. “¿Cómo es posible que Europa haya resuelto hace ya tiempo que el libre comercio es algo positivo, pero en cambio aún considere positivo el control fronterizo de personas?”, se pregunta.
El especialista del Banco Mundial llama también la atención sobre un aspecto que generalmente se toma poco en cuenta: las sumas que los emigrantes transfieren a sus países de origen triplican las cantidades de ayuda internacional al desarrollo. Fueron “440 mil millones de dólares este año”, indica Ratha. Ese dinero impulsa en forma significativa el desarrollo en los países de origen de los emigrantes. Abaratar los costos de las transferencias, que en promedio se elevan a un ocho por ciento, sería a su juicio un paso importante.
En las Jornadas Europeas de Desarrollo, esa fue una de muchas propuestas. Se hizo notar también que la política de migración es mucho más que la discusión sobre las operaciones de rescate en el mar o sobre los campamentos para quienes buscan asilo. Con una visión que abarque las relaciones comerciales, la política de asentamientos, la integración y el acceso al mercado laboral, Europa podría hacer mucho. Y ni siquiera tendría que bajar su propio estándar de vida.