Migrantes en Canarias: una crisis anunciada
20 de noviembre de 2020Los reporteros gráficos necesitan estos días en Gran Canaria un buen teleobjetivo para poder captar el rostro de los migrantes que llegan a la isla, porque las autoridades han colocado vallas amarillas de plástico a 50 metros de las tiendas de campaña del campamento de Arguineguín, en el municipio de Mogán, localidad turística del sur de la isla.
Varios autobuses policiales se encuentran delante aparcados para que ningún periodista se atreva a acercarse al campamento del puerto de la pequeña ciudad costera de Mogán. David Perdomo observa desde hace semanas cómo evoluciona la situación. Perdomo trabaja para un programa radiofónico regional y ha visto cómo la política informativa de las autoridades se ha ido transformando. Cuantos más migrantes llegaban a la isla, más hermetismo por parte del Gobierno, "que parece actuar bajo la premisa de que lo que no vemos, no existe", dice Perdomo. "Pero si no podemos informar sobre lo que está ocurriendo aquí en el puerto, tampoco cambiará la situación".
Pobreza, desempleo y coronavirus
Más de 2.300 migrantes están alojados en tiendas provisionales en Gran Canaria que, en realidad, están pensadas solo para 400 personas. Una gran parte arribó en las últimas semanas, varios miles lo hicieron el pasado fin de semana, pero desde hace tiempo se observa que la migración aumenta.
Ya el pasado verano llegó un número siete veces mayor que en todo lo que iba de año. Matt Herbert, de la Iniciativa Global contra la Criminalidad Transnacional ya habló entonces en entrevista con DW de "una primera avanzadilla de movimientos migratorios impulsados por el COVID-19" y explicó que las consecuencias económicas de la crisis del coronavirus empujaban a cada vez más africanos a abandonar sus países de origen. Herbert advirtió además que tanto la pandemia como muchos acuerdos migratorios entre Europa y países de tránsito en África bloquean las clásicas rutas migratorias, por lo que los trayectos alternativos hacia Europa, como la ruta Atlántica por las islas Canarias, están adquiriendo cada vez más popularidad.
Refugiados durmiendo a la intemperie
Pero en lugar de preparse para la llegada de más migrantes, el Gobierno español ha ignorado largo tiempo las advertencias, una decisión que pasa factura. Chema Santana trabaja en el Consejo de Refugiados de Gran Canaria, en Las Palmas, capital de la isla. Desde hace varios días, en su oficina hay mucho movimiento. Santana no ha estado personalmente en el campamento de Mogán, pero sus colegas pudieron ir hace poco y lo que relatan es impactante. "Los ocupantes tienen que dormir en el suelo. Algunos lo hacen dentro de las tiendas de campaña, pero otros pernoctan sencillamente a la intemperie", dice Santana. Desde el principio, el Consejo de Refugiados lleva criticando las condiciones del campamento: "Pero nunca hubiéramos pensado que la situación se volvería tan dramática".
También Human Rights Watch visitó hace poco el campamento y emitió un informe en el que enumera una larga lista de infracciones contra principios básicos humanitarios. Por ejemplo, las mujeres que viajan solas y las niñas no acompañadas se alojan junto con el resto de grupos de migrantes. La organización se muestra especialmente preocupada por la falta de medidas sanitarias en plena pandemia. "El caos allí es una auténtica amenaza para los derechos humanos, la salud y la seguridad de las personas", reza el informe.
El Gobierno central quiere devolverlos a sus países
Mientras tanto, el Gobierno ha repartido en instalaciones turísticas de la zona después de un primer procedimiento de registro en el campamento a los migrantes que iban llegando. Debido a la ausencia de turistas por la pandemia del nuevo coronavirus, muchos alojamientos están vacíos desde hace meses. Pero eso causa descontento entre los habitantes, que temen que, debido a la afluencia de migrantes, los turistas no vuelvan a la isla. Onalia Bueno, alcaldesa de Mogán, ha tenido que mediar varias veces ante las airadas protestas.
"Muchas políticos y representantes de instituciones internacionales han visitado el lugar en los últimos tiempos. A pesar de ello, hasta hoy no tenemos idea de cuál es la estrategia del Gobierno para atajar la crisis en Canarias", dice Bueno. Al igual que muchos otros políticos canarios, la alcaldesa de Mogán pide que al menos una parte de los migrantes sea trasladada a la España peninsular, pero el Gobierno central se opone rotundamente. Muchos recién llegados proceden de Senegal, Guinea y Marruecos, son considerados migrantes económicos, y por ello apenas tienen posibilidades de acceder a un derecho de permanencia. Lo que el Gobierno quiere hacer es devolverlos a sus países directamente desde la isla. Durante mucho tiempo, las devoluciones quedaron paradas debido a la pandemia, pero la semana pasada comenzaron de nuevo los vuelos a Mauritania.
(ms/ers)