Minicumbre contra el hambre
21 de septiembre de 2004
Los jefes de gobierno de más de 50 países se manifestaron decididos a impulsar una "nueva movilización política" contra el hambre y la pobreza en el mundo, en una reunión cumbre de las Naciones Unidas iniciada por el propio Lula.
La minicumbre de tres horas se realizó antes de la Asamblea General de la ONU del martes. El presidente de Francia, Jacques Chirac, se sumó al llamado del presidente brasileño y agregó que "el precio del egoísmo es la rebelión", exigiendo que las riquezas mal repartidas sean utilizadas para la integración y no para marginar más a los menos privilegiados.
Cómo redistribuir la riqueza
Ya en febrero las Naciones Unidas habían constatado que las diferencias entre los países más ricos y los más pobres han aumentado en las últimas cuatro décadas y que la mayoría de los seres humanos no se beneficia con la globalización.
En la conferencia se discutieron varias propuestas acerca de cómo redistribuir la riqueza. Una de ellas fue cobrar un impuesto al comercio internacional de armamento o a los depósitos en oasis financieros.
Gran Bretaña propuso fundar una institución internacional que tome dinero en los mercados financieros. De esa forma, según los británicos, la asistencia para el desarrollo podría aumentarse a 147.000 millones de euros por año, el doble de la actual.
No es la primera vez
No es la primera vez que las Naciones Unidas se ocupan del tema, ni seguramente será la última. Ya en los septiembre de 2000 se habían reunido también en Nueva York 150 jefes de gobierno y Estado y aprobado la "Declaración del Milenio".
Uno de los "Objetivos del Milenio" contenidos en la declaración es reducir a la mitad hasta el año 2015 el porcentaje de extrema pobreza y hambre en el mundo.
Los otros son asegurar a todos los niños una educación básica, fomentar la igualdad de hombre y mujeres, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud de las madres, luchar contra el sida, la malaria y otras enfermedades transmisibles, aumentar la protección ambiental y crear una alianza mundial para el desarrollo.
Declaración de intenciones
O sea que declaraciones no faltan. ¿ A qué santo entonces una nueva declaración de intenciones, que se agrega a las mil y quinientas ya discutidas, lanzadas y en gran parte olvidadas?
¿Quién se acuerda de la Alianza para el Progreso? ¿Qué ha quedado de la Década del Desarrollo? ¿Cuántos países dedican el 0,7% de su PIB a la cooperación para el desarrollo? ¿Cuánto desarrollo trae realmente esa cooperación?
Y no obstante, el llamado al humanismo sea quizá la única posibilidad que tengamos para impulsar visiones y creer en un mundo mejor.
O, como dijo Lula: "llamo a gobiernos, organizaciones sociales, sindicatos y empresarios a renovar sus compromisos. Debemos hallar caminos para exterminar ese fenómeno vergonzante económico, político y ético llamado hambre".