Mohamed bin Salman: reformador y autoritario
5 de noviembre de 2017Para renombrados asesores de negocios globales como McKinsey o Boston Consulting Group, la capital saudita de Riad es un lugar ideal: rica, radiante y dinámica. Pero al mismo tiempo, conservadora y antidemocrática. No obstante, a la hora de hacer negocios, estos valores quedan relegados.
Estos consultores extranjeros han canalizado sus esfuerzos en el concepto que denominan "Visión 2030” para el liderazgo Saudí y se basa en la pregunta más importante del país: ¿cómo modernizar el reino y reducir su dependencia a la producción petrolera? ¿Cómo se puede privatizar la compañía estatal Aramco?. Y además: ¿dónde se encuentran los nuevos recursos y empleos para los ciudadanos saudís?
Con apenas 32 años de edad, Mohamed bin Salman es el líder de este proyecto, con el cual el monarca puede forjar su imagen de reformador.
El poderoso MBS
Mohamed bin Salman, conocido como MBS por sus iniciales, venía sigilosamente consolidando su poder en la élite saudí. El 20 de junio, su padre, el octogenario rey Salman, anunció que MBS reemplazaría a su sobrino Mohammed bin Nayef en heredar el trono.
La influencia y el poder de Mohammed bin Salman es impresionante y a la vez, espeluznante. Su carrera política comenzó como gobernador de Riad y luego como asesor de su papá. Se convirtió en jefe de la corte del rey en 2012, asumiendo un rol ministerial. Cuando su padre se convirtió en rey, Mohammed bin Salman fue nombrado ministro de Defensa, convirtiéndose en la persona más joven del mundo en ocupar el cargo.
Habiendo ocupado varios puestos políticos al mismo tiempo, el periódico alemán Die Zeit ha catalogado a Bin Salman como "extremadamente corrupto, avaro y arrogante". Él ha avivado la disputa en curso con Irán, diciendo que el régimen en Teherán "no cambiará de la noche a la mañana". La crítica internacional a la ideología islámica extremadamente conservadora de su propio país, el wahabismo, no desconcierta al príncipe heredero. Irán apoya al dictador sirio Bashar al-Assad, a quien Arabia Saudita desearía ver desaparecido.
La guerra en Yemen
El vecino país de Yemen también es muy importante para Mohamed bin Salman. Con la ayuda de Estados Unidos, Arabia Saudita ingresó en el conflicto del país hace dos años con el fin de derrotar a los rebeldes hutíes. Pero en vez de resolver el conflicto, la campaña militar saudí ha contribuido a una de las peores crisis humanitarias actuales.
"Nadie quiere que esta guerra continúe” aseveró Bin Salman ante la televisora oficialista Al Arabiya el pasado mayo. Sin embargo, si ha habido una posibilidad de terminar la guerra, el Gobierno saudí y su ministro de defensa no lo han tomado. Human Rights Watch ha documentado crímenes de guerra sauditas y ataques aéreos indiscriminados. Guido Steinberg, un experto en Medio Oriente para el Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad (SWP), expresó su preocupación en el periódico Tagesspiegel de Berlín por que "la agresiva política exterior de Mohammed bin Salman agrava el conflicto regional".
La libertad sigue siendo solo un sueño
A pesar de todos los cargos que ha ejercido, Mohamed bin Salman tiene muy poca experiencia internacional. En su formación académica cuenta sólo con un diploma en ley islámica de la Universidad Rey Saúd. De su vida privada se sabe muy poco, sólo que está casado y tiene cuatro hijos.
Bajo su influencia y autoridad, las mujeres en Arabia Saudita han logrado la libertad de manejar, una decisión histórica, aunque el país aún es gobernado por un Gobierno extremadamente opresivo. Las mujeres aún requieren el permiso de un familiar hombre para poder estudiar y viajar.
Los derechos humanos continúan siendo de baja prioridad para el reino. El blogero Raif Badawi todavía está encarcelado desde su detención en 2012, a pesar de todos los intentos y de la presión internacional para liberarlo. Así, el príncipe heredero, a pesar de estar dispuesto a aplicar ciertas reformas, parece no tener prisa por crear una sociedad más abierta en su país.
Marko Langer (JCG/FEW)