Moscú dicta la pauta en el Cáucaso
12 de agosto de 2008Die Presse, de Viena: “La amenaza de que se podría congelar las negociaciones sobre un tratado entre Estados Unidos y Rusia apenas arrancan al primer ministro ruso Vladimir Putin y al presidente Dimitri Medvedev una tibia sonrisa. En primer lugar, Rusia no está de por sí demasiado interesada en ese tratado y, en segundo, los intereses de Moscú están en otro lado: en el petróleo y en el poder en la región. Lo principal para Moscú es debilitar a Georgia, que se volcó decididamente hacia Occidente, aspira a entrar en la OTAN y tiene en su territorio oleoductos que compiten con los rusos. La Unión Europea es un mediador particularmente débil en Osetia del Sur. Putin, con su visión política de gran potencia, no ha perdonado hasta el día de hoy a la OTAN y la UE la incorporación de países que otrora formaron parte del Pacto de Varsovia. Y no hará nada para conferirle precisamente a la UE un éxito diplomático en una región que considera parte integral de la esfera de influencia rusa".
Moscú juega con fuego
Tages Anzeiger, de Ginebra: “Ya es hora de aceptar lo que hasta ahora se toleraba en silencio. Ningún plan de paz occidental podrá revertir la guerra de los últimos días y el derrumbe de todos los puentes entre Georgia y Osetia del Sur. En lugar de mirar hacia el pasado, Occidente debería pensar en el futuro. (...) Moscú sabe que una invasión de Georgia es tabú. Con sus ataques más allá de la frontera de la república separatista, el Kremlin juega con fuego. Si las violaciones de la frontera se propagan, la tortilla podría darse vuelta rápidamente en contra de Moscú. En ese caso, Rusia figuraría en lugar de Georgia como agresor, tal como lo presenta la propaganda georgiana desde el comienzo de la guerra.”
El error de cálculo de Saakashvili
Tageszeitung, de Berlín: “El as en la manga de Saakashvili era el respaldo del gobierno de Bush. Él había enviado el tercer mayor contingente de tropas a Irak, Estados Unidos había reequipado e instruido al ejército georgiano. Tras numerosas y vehementes manifestaciones de solidaridad por parte de Cheney y Bush, Saakashvili contaba ingenuamente con recibir apoyo directo de Estados Unidos. Probablemente las tropas rusas avanzarán hasta los oleoductos que pasan por Georgia y comunican a Azerbaiján con el Mar Negro. Entonces podría sostener negociaciones desde una posición de fuerza con el gobierno georgiano. Sus condiciones para liberar los oleoductos bien podrían ser acuerdos que bloqueen la integración de Georgia a Occidente”.
Boomerang político
La Repubblica, de Roma: “Siete años después del increíble descubrimiento de Bush, quien vio en los ojos de Putin ‘un alma sincera y digna de confianza’, el presidente estadounidense ha tenido que constatar que una vez más se equivocó en su análisis, su juicio, sus acciones y reacciones. Ahora protesta en conjunto con su vicepresidente, Cheney, y su ministra de Relaciones Exteriores, Rice. Y protesta sin tener nada en la mano. (...) Al igual que la trayectoria del boomerang lanzado en Irak, también las relaciones entre Rusia y Estados Unidos han girado en 360 grados y regresan a un momento que nadie pensó que pudiera repetirse, a una verdadera hostilidad entre el Kremlin y la Casa Blanca...”