Muerte asistida: advertencias del pasado nazi
22 de enero de 2014Joseph Goebbels, el ministro de Propaganda de Adolf Hitler, llevaba un registro detallado de los asesinatos en su diario: “Ya se fueron 40.000; todavía faltan 60.000”, escribió en enero de 1941. Las cifras que Goebbels anotaba tan sucintamente eran, en realidad, las de un genocidio. Desde comienzos de 1940, con ayuda de enfermeras y asistentes, médicos alemanes asesinaban de manera sistemática a personas con enfermedades psíquicas y a discapacitados.
Personas indefensas fueron asesinadas en cámaras de gas, por medio de medicamentos, o simplemente se las dejó morir de hambre. Alemania estaba en guerra desde el 1º de septiembre de 1939, y las personas con enfermedades mentales o físicas eran consideradas por los nazis como un “lastre” al que había que “hacer desaparecer”.
“La buena muerte”
“Durante el nazismo, a partir de 1929, fueron asesinadas, de facto, cerca de 300.000 personas bajo el pretexto de la eutanasia”, señaló el historiador científico Gerrit Hohendorf, del Instituto de Historia Ética de la Medicina, en la Universidad de Múnich. Hohendorf acaba de publicar “La muerte como liberación del sufrimiento. Historia y Ética de la eutanasia desde fines del siglo XIX en Alemania”. “Eutanasia” proviene del griego y significa “la muerte buena o bella”, un tema que sigue siendo debatido hoy en Alemania.
Durante el régimen nazi se practicó una forma de asesinato por eutanasia, despiadado y sin compasión alguna. Las víctimas eran personas consideradas por los nazis como “inútiles”, y a los que los médicos catalogaban de “sin perspectivas”, lo que equivalía a una sentencia de muerte. “Se trataba de personas con enfermedades psíquicas, con discapacidades mentales, y también aquellas con problemas de socialización. Creo que, en los últimos años de la II Guerra, los nazis también mataron a muchas personas enfermas, también a trabajadores esclavos que ya no estaban en condiciones de prestarles sus servicios”, explica Gerrit Hohendorf acerca de la devastadora dinámica de los crímenes nazis.
“Liberalización de la supresión de la vida sin valor”
El libro “Liberalización de la supresión de la vida sin valor”, aparecido en 1920, del psiquiatra Alfred Hoche y el jurista Karl Binding, preparó ideológicamente el terreno para los crímenes del nacionalsocialismo. “Binding desarrolló la idea de la ‘muerte misericordiosa no penalizada'. En su obra, explica cuáles son los grupos de la población a los que podría aplicarse tal medida. El primer grupo que menciona es el de quienes, debido a una enfermedad grave, piden que se termine con su vida”, señala Michael Wunder, psicólogo y psicoterapeuta de la Fundación Protestante Alsterdorf y miembro del Consejo Alemán de Ética.
Binding y Hoch mencionaron además un segundo grupo de personas que, a causa de su enfermedad, no pueden manifestar su voluntad de morir. En su obra, Binding se plantea la pregunta sobre si hay personas que ya no son capaces de valerse por sí mismas y que “han perdido todo valor para la sociedad”, respondiendo afirmativamente a la misma. A esos individuos “sin valor” se los debía matar “por compasión”. Es decir, que Hoche y Binding definen como posibles candidatos a la muerte asistida a aquellas personas que elegirían el suicidio en forma voluntaria pero que no pueden expresarse por sí mismas. “De ese modo el ambivalente debate sobre la eutanasia ya está planteado”, dice Michael Wunder. Y añade que “se puede decir que, con excepción de algunas expresiones, se trata de una obra que se enfrenta con el tema de un modo que no ha perdido vigencia hasta hoy”. La cuestión es: ¿quién decide si una vida tiene valor o no? Durante el régimen nazi los médicos se tomaron el derecho de hacerlo con cientos de miles de seres humanos y con consecuencias extremadamente cruentas.
Responsabilidad histórica
El tema central del debate es que se sobrepasa el límite de la muerte asistida en momento en que se concede a los médicos la responsabilidad de decidir sobre el valor o la inutilidad de una vida”, advierte Gerrit Hohendorf, “ya que eso es justamente lo que se hace cuando se brinda ayuda activa para que alguien muera o se suicide”. Las cientos de miles de personas asesinadas durante el régimen nazi bajo el pretexto de la eutanasia representan también hoy una seria advertencia sobre la necesidad de tratar el tema de la muerte asistida con una especial sensibilidad y con alta responsabilidad.