"Mundos paralelos sin ley"
29 de julio de 2003Los derechos civiles y políticos, al igual que el derecho internacional humanitario, están siendo pasados a llevar en aras de la lucha internacional contra el terrorismo. Así lo indica un estudio presentado en Berlín, que analiza la situación que se desencadenó tras los atentados del 11 de Septiembre del 2001. Éste constata una tendencia a reducir el combate antiterrorista a su aspecto militar y policial, sin poner atención a las causas estructurales del fenómeno. Además plantea duras críticas contra Estados Unidos, donde "en parte se han dejado sin vigencia los controles jurídicos del proceder del Estado".
Guantánamo y Diego García
En concreto, el documento del Instituto Alemán de Derechos Humanos denuncia el surgimiento de "verdaderos mundos paralelos sin vigencia de la ley" en lugares como Guantánamo, donde las fuerzas estadounidenses mantienen recluidos a miles de presuntos miembros de la red Al Qaeda y combatientes talibanes, capturados en Afganistán. También la isla Diego García se menciona en el mismo contexto en el informe. Según él, se mantiene a los prisioneros en bases militares, para sustraerlos a un proceso judicial justo y "poder retenerlos por tiempo indefinido, sin control judicial".
La subdirectora del instituto, creado en marzo del 2001 por resolución del parlamento alemán y financiado por tres ministerios federales, subrayó que el estudio se concentra en la lucha antiterrorista que libran estados democráticos como Estados Unidos y Gran Bretaña, dado que tienen una función modélica. Y el resultado no es precisamente halagüeño para dichos países. A raíz de los atentados del 11 de septiembre, hubo allí casos de personas detenidas por largo tiempo sin que se presentaran cargos en su contra, ni se llevara a cabo un juicio. Medidas similares se adoptaron también en China, Malasia, Egipto, Nepal, Israel, Singapur y los Emiratos Arabes Unidos.
Control sistemático
Por otra parte, los autores del informe denuncian métodos que corresponden a los intersticios legales, como el dar muerte selectivamente en el extranjero a sospechosos de terrorismo y las deportaciones ilegales de prisioneros "a países con una larga tradición de prácticas de tortura". Al margen de lo anterior, llaman la atención sobre casos como los ocurridos en Afganistán, donde civiles han resultado muertos o heridos, sin que se investigara lo que sucedió.
El instituto alemán demanda, en consecuencia, una vigilancia sistemática e independiente del respeto de los derechos humanos, en el marco de la lucha contra el terrorismo. Para ello propone reforzar los recursos del Alto Comisariado de Derechos Humanos de la ONU y de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. También asigna un papel importante a las tropas de paz, y por consiguiente a los soldados alemanes, en la cautela de dichos derechos fundamentales en los lugares en que están de servicio. Uno de los autores, Wolfgan Heinz, recalcó que el combate contra el terrorismo es necesario, al igual que la cooperación internacional, pero hay que crear mecanismos de control.