Más arte y menos mercado
31 de octubre de 2005Es un encuentro de primer orden en el mercado del arte. La Feria Art Cologne celebra su 39 edición ofreciendo a inversionistas y coleccionistas la obra de jóvenes artistas cuyo potencial de convertirse en valiosas a la vuelta de un par de décadas es enorme. El arte contemporáneo de jóvenes talentos se exhibe en el centro de los cuatro pabellones de la Feria a orillas del Rin. "Hemos cuestionado el orden tradicional de las ferias cuyo eje gira en torno a las galerías", dice Gérard Goodrow, director desde hace dos años de la Art Cologne. "Lo que queremos es que sea el arte lo que se encuentre en primer plano y no las galerías", afirma.
La Feria ha puesto además un acento especial en la promoción de la producción artística a través de un programa que celebra su 25 aniversario. "A lo largo de estos 25 años hemos constatado que nuestro índice de aciertos es bastante alto, muchos de los artistas que han exhibido dentro de este programa son ahora estrellas mundiales. Artistas como Rosemarie Trockel, que ahora exhibe en el Museo Ludwig de Colonia, Neo Rauch, quien tomó parte en el programa en 1999 y ahora es celebrado como figura estelar de la nueva escuela de Leipzig, cuyos cuadros cuestan 300.000 dólares en vez de los 5.000 marcos alemanes de aquel entonces, son algunos ejemplos", señala Goodrow.
Corset para artistas
En dicho programa pueden participar jóvenes artistas de todo el mundo que no hayan rebasado los 40 años, que no tengan una cátedra en la Academia y que no hayan tenido una exposición individual en una institución como un museo. El criterio más importante es que dicho artista tiene que ser propuesto por una galería participante en la Feria. Quien no reúne estos criterios no tiene ninguna oportunidad. "Las reglas son muy estrictas -dice Goodrow - son como un filtro y no por el gusto de rechazarlos sino para asegurar al consumidor final, a los inversionistas, que los jóvenes artistas que entran en este programa realmente cuentan con un potencial real.
También las galerías tienen que cumplir estrictas reglas. Este año se postularon alrededor de 450, cuya selección estuvo a cargo de un comité. Del total fueron aceptadas 250. Para ser admitidas deben contar con un mínimo de tres años de existencia, organizar cuatro exposiciones al año y estar abiertas al público un mínimo de 25 horas a la semana. La galería tiene que demostrar que trabaja y es exitosa, que tiene un programa consistente con artistas interesantes, con potencial.
Interés en América Latina
Este año fueron aceptadas 12 galerías de Corea. "Estamos muy interesados en Latinoamérica", dice Goodrow, pero la distancia eleva a las nubes el costo de su participación. Es mucho más fácil para una galería de París, subir su obra a un camión que la traerá a Colonia, que para una galería brasileña pagar los costos de avión y seguro. Pese a todo es la primera vez que participa una galería mexicana, que tiene el nombre de su fundador, Pablo Goebel.
En un área de 65 metros cuadrados, Goebel muestra obras de Miguel y Francisco Castro Leñero, Irma Palacios, Gustavo Monroy, Néstor Quiñones y algunos maestros latinoamericanos, como la colombiana Ana Mercedes Hoyos, el argentino Antonio Seguí, el venezolano Jesús Rafael Soto y el mexicano-norteamericano Ray Smith, entre un total de 14 artistas presentes. Su participación en la feria, de un costo superior a los 30.000 euros es una inversión a futuro, dice Goebel.
Mercado secundario
La galería de Pablo Goebel puede estar en Colonia porque también trabaja en el mercado secundario, de obras conocidas. El primario consiste en cuadros provenientes de talleres de artistas que son vendidos por las galerías por primera vez a coleccionistas, mientras que se habla de mercado secundario cuando un coleccionista decide vender, por lo general a través de una casa de subastas o un corredor de arte.
El director de la Art Cologne señala que, independientemente del ranking mundial que ocupe la feria, su objetivo es que se convierta en una cita obligada en el calendario de coleccionistas y galeristas. "Que sea el arte lo que ocupe el centro de atención, no la mercancía, cuando eso suceda me sentiré feliz", concluye Goodrow.
El historiador de Arte Gérard Goodrow, (Nueva Jersey, USA 1964), es director de Art Cologne desde hace dos años y autor del proceso de reformas que han transformado a la feria en una de las más importantes del mundo, después de la de Basilea y Miami.