Egipto no se calma
8 de febrero de 2013Tras los rezos del viernes, más de 10.000 personas se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo bajo el lema "viernes de la expulsión", para exigir la dimisión del presidente Mohamed Mursi y de su gobierno islamista. Los opositores gritaban eslóganes como "abajo con el dominio de los Hermanos Musulmanes" o "el Ministerio del Interior es igual que antes, grupos de matones, grupos de matones".
En la ciudad portuaria de Alejandría, los manifestantes lanzaron piedras contra una comisaría policial y la policía respondió con gas lacrimógeno. Los enfrentamientos dejaron varios heridos. La televisión estatal informó que hubo 17 heridos en enfrentamientos entre la policía y los manifestantes frente a la casa de la familia de Mursi en la ciudad de Sharqia.
En la ciudad industrial de Al Mahalla, las fuerzas del orden actuaron contra los manifestantes que intentaban asaltar el edificio de la administración de la ciudad, según el portal del diario estatal "Al Ahram". El grupo islamista Gamaa Islamiya protestó también pacíficamente ante una mezquita en El Cairo contra "el sabotaje y la violencia que han dominado el escenario político en los últimos tiempos".
Contra la violencia policial
Los manifestantes antigubernamentales protestan además por la violencia policial empleada contra los activistas en las últimas semanas, cuando las marchas desembocaron en enfrentamientos. Sobre todo la muerte del activista de 23 años Mohamed al Guindi provocó indignación entre la población. Medios egipcios informaron, citando fuentes hospitalarias, que el miembro del movimiento de izquierdas del ex candidato presidencial Hamdien Sabahi fue detenido durante una manifestación y torturado en custodia policial.
Los manifestantes también protestan por las amenazas de muerte por parte de un clérigo salafista contra los líderes de la oposición Sabahi y Mohamed El Baradei, de quienes dijo que -de acuerdo con el derecho islámico- merecerían la pena de muerte por sus actividades. Muchos egipcios consideraron las palabras del clérigo como una fatwa o condena a muerte islámica.
Precisamente Sabahi aseguró en su cuenta de Twitter que seguirán las protestas contra el gobierno pese a las amenazas. "Nuestra fe es más fuerte que sus amenazas", escribió en la red social. Por ello, se compromete a seguir luchando de manera pacífica junto con el pueblo egipcio y la juventud revolucionaria por los objetivos de la revolución y sus mártires, añade. El Instituto Al Azhar, la máxima autoridad religiosa de los sunitas, condenó las amenazas y se distanció también de las declaraciones el presidente Mursi.
Contra el palacio presidencial
Los choques más violentos de este viernes ocurrieron en la localidad de Tanta, donde nació y fue enterrado esta semana el activista al Gendi. Imágenes de televisión mostraron a manifestantes lanzando bombas incendiarias a la policía antidisturbios, que respondió con gases lacrimógenos. "Abajo el régimen del Líder Supremo", gritaban los manifestantes en referencia a Mohamed Badie, líder de los Hermanos Musulmanes, quien ha dominado la política egipcia desde la caída de Mubarak.
Miles de manifestantes también se reunieron en las afueras del palacio presidencial, situado en el barrio de Heliopolis, en el noreste de El Cairo. Tras abrirse paso a través de barricadas de alambre ante la puerta principal, un grupo de manifestantes lanzó piedras y cócteles molotov contra la sede presidencial. Las fuerzas de seguridad respondieron lanzando tiros al aire en señal de advertencia.
Las protestas, que estallaron hace varias semanas por lo que los manifestantes consideran intentos de Mursi de monopolizar el poder, se habían calmado la semana pasada. La principal alianza opositora, que firmó un acuerdo con el partido gobernante Hermanos Musulmanes rechazando la violencia, no había convocado marchas para el viernes. Sin embargo, aunque el número de manifestantes ha caído, la desconfianza hacia Mursi y su partido, así como la sensación de malestar político y económico, hacen que la gente siga saliendo a las calles.
Al menos 120 personas resultaron heridas este viernes en Egipto, citaron medios locales fuentes del Ministerio de Salud nacional. Tras el segundo aniversario de la revolución, el pasado 25 de enero, se produjeron en Egipto los peores enfrentamientos desde la toma de posesión de Mursi. Unas 60 personas perdieron la vida y en tres ciudades del Canal de Suez se declaró el estado de emergencia. Gobierno y oposición se culpan mutuamente de la escalada de la violencia.
rml (dpa, reuters)