Plan de Trump sería fatal para la industria automotriz
18 de noviembre de 2016El presidente electo Donald Trump aseguró que la renegociación del Tratado de Libre Comercio para América del Norte, TLCAN (NAFTA, según sus siglas en inglés) sería lo que abordaría desde el primer día de su mandato. Su objetivo es rediseñar la política comercial de Estados Unidos para que refleje los intereses de las empresas y los trabajadores de ese país.
"Estamos muy preocupados", afirma el politólogo del Colegio de México Gustavo Vega. "Estados Unidos ha sido el paladín del libre comercio, ha defendido que el crecimiento económico se crea con mercados abiertos y no con proteccionismo. Si Trump lleva a cabo sus promesas de campaña sería un retroceso enorme en cuanto a todo lo que ha abanderado y por lo que ha luchado Estados Unidos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial".
Trump amenazó incluso con abandonar el TLCAN, que entró en vigor en 1994 y del que dependen casi un 80% de las exportaciones mexicanas. Desde la firma del tratado, las exportaciones de México a Estados Unidos se han multiplicado por seis; el intercambio comercial ascendió a más de 580.000 millones de dólares el año pasado.
Audi en México
México se ha convertido en un polo de inversiones de empresas multinacionales como la alemana Audi, que acaba de inaugurar su planta de más alta tecnología en San José Chiapa, Puebla, en donde fabrica la segunda generación de la camioneta (SUV) Q5, que se propone exportar a todo el mundo, incluyendo Estados Unidos.
El TLCAN permitió que numerosas empresas estadounidenses trasladaran su producción a México. También atrajo inversiones de otros países con la intención de fabricar en México para el mercado estadounidense. Vega, que es asesor del gobierno mexicano en negociaciones comerciales internacionales, dijo que en "cualquier negociación venidera participarían no sólo el gobierno mexicano y el estadounidense, sino que habría intermediarios, entre ellos, las grandes empresas estadounidenses localizadas en México".
El experto recuerda que dichas empresas invirtieron con la garantía jurídica de un tratado que debía cumplirse: "Fue una certidumbre que se dio a los mercados y a los inversionistas. Sin embargo hay una cláusula que establece que cualquiera de las partes puede salirse dando una notificación de seis meses por anticipado".
Oposición en el Congreso
Por su parte, la politóloga Luicy Pedroza, del Instituto Giga con sede en Hamburgo, destaca que Trump encontrará obstáculos para renegociar el TLCAN, tanto entre las filas republicanas como en las demócratas en el Congreso. Pero, de proseguir, el proyecto de Trump será veneno para la industria automotriz. "La industria automotriz estadounidense y la mexicana están muy integradas. Es un sector en el que México se ha vuelto importantísimo en los últimos años", explica.
La analista recuerda que una de las promesas más concretas de Trump hacia los estados que le dieron finalmente la victoria electoral, fue el imponer aranceles de 35% a los automóviles que se ensamblaran en México para ser posteriormente importados a los Estados Unidos. "Eso para la industria automotriz sería fatal", afirma.
El libre comercio fue el argumento a favor de los consumidores. Un automóvil producido en México cuesta 3 mil dólares menos que si fuera producido en Estados Unidos. Luicy Pedroza señala que hay estimaciones incluso más altas. "La pregunta será qué tanto van a estar representados los intereses de los consumidores, los de la industria automotriz, o los de la gente que ha sufrido los efectos de la globalización del sector automotriz", dice.
México, segundo socio comercial de Estados Unidos
Después de Canadá, México es el segundo socio comercial de Estados Unidos; del intercambio comercial entre ambos dependen unos seis millones de empleos en Estados Unidos, según la página de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.
Es el socio que más autopartes vende a la industria automotriz estadounidense. El 54,6% de las exportaciones mexicanas provienen de las plantas de los tres grandes fabricantes de Detroit: General Motors, Ford y Fiat Chrysler (FCA), que instalaron fábricas en México.
"El hecho de que México tenga un superávit en la balanza comercial, le ha hecho creer a Tump que Estados Unidos no se está beneficiando del TLCAN", afirma por su parte el politólogo Gustavo Vega.
¿Cuál será el mecanismo que utilizará para hacerlo? Pregunta el investigador y el mismo responde: "no está claro. Si levanta aranceles, México podría demandar ante la OMC la violación de un tratado comercial y podría pedir medidas compensatorias. A ninguno de los países le convendrían las represalias. El experto señala que México tiene que unirse con Canadá y otros países afectados para formar un frente diplomático. "Si hubiera una guerra comercial las consecuencias serían negativas para todos en términos de pérdida de empleos y caída de crecimiento económico. Sería un desastre".