Música para las masas
27 de febrero de 2004Ya en 1995, la universidad de Wuppertal organizó un simposio con el tema “La oscura sombra. Música y Nacionalsocialismo”. La dictadura nazi ofrece todos los ingredientes característicos de un régimen que prohibe ciertos estilos musicales, fomentando a su vez otros que son de su “agrado” o simplemente sirven para estabilizar su poder.
Persecución y exterminación
Durante el periodo del “Tercer Reich” (1933-1945) el Jazz, por ejemplo, estuvo prohibido. Músicos y compositores judíos, que antes habían ejercido un papel importante en la vida musical de Alemania, fueron primero marginados, luego perseguidos y muchos de ellos finalmente asesinados en los campos de concentración. Pocos lograron salvarse partiendo al exilio.
La principal víctima de la ideología nazi fue la llamada música de vanguardia, especialmente la del compositor austríaco Arnold Schönberg. La música dodecafónica de Schönberg fue estrictamente prohibida en el Tercer Reich.
Pero la dictadura nazi no se limitó en prohibir y perseguir, sino – al igual como otras dictaduras- usó la música como instrumento de poder para conquistar y movilizar a las masas. Los nazis privilegiaron los coros masculinos, las operas de Richard Wagner y todos los géneros que parecían compatibles con su ideología.
El poder de la música
¿Existen características comunes entre las músicas de diferentes dictaduras del siglo 20? Esta será la pregunta principal a la que los científicos intentarán encontrar una respuesta en su simposio en Wuppertal. Historiadores y musicólogos de toda Europa examinarán el papel de la música en la Alemania nazi, en Italia bajo el régimen de Mussolini, España bajo Franco, en la Unión Soviética, en la antigua República Democrática Alemana y en China durante la Revolución Cultural.
Los científicos están conscientes de las diferencias entre los distintos sistemas ideológicos pero enfocan su interés en la producción musical, la vida musical-cultural cotidiana y la recepción.
La hipótesis del simposio es, según el profesor Oliver Kautny, uno de los organizadores del evento, que existen claras semejanzas entre las diferentes dictaduras en el plano musical. “Todas las dictaduras se aprovecharon del aspecto emocional y ritual de la música para movilizar a las masas. Esta es una de sus características principales, aparte del hecho de sólo poseer un partido y emplear métodos terroristas”, afirma Kautny en una entrevista con DW-WORLD.
Los poderosos siempre supieron del poder de la música. Los amigos de la música hacen bien en investigar la estrecha relación que pueden mantener ambos.