Nagorno Karabaj: ¿conflicto sin solución?
5 de abril de 2016DW: Sr. Halbach, ¿en qué consiste, en resumen, el conflicto en torno a Nagorno Karabaj?
Halbach: Es uno de los conflictos territoriales surgidos en la transición de la era soviética a la postsoviética. Explotó en 1988, cuando el Parlamento de Nagorno Karabaj, que había sido subordinado a Azerbaiyán en 1923, exigió ser adscrito a Armenia. De ahí ha derivado un vehemente conflicto entre ambas repúblicas. Se trata de un conflicto territorial que se remonta al orden territorial soviético.
¿Cuál es el estatus actual de esa región? Naciones Unidas la sigue considerando parte de Azerbaiyán…
Efectivamente. Ningún Estado ha reconocido hasta ahora a Nagorno Karabaj como Estado independiente. Ni siquiera la República de Armenia, que mantiene estrechas relaciones con Nagorno Karabaj y la ha apoyado en todo este proceso.
¿Por qué ni siquiera Armenia?
Con el reconocimiento, Armenia habría torpedeado todo el proceso de negociaciones que se ha desarrollado en torno a este conflicto en el seno de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Y Armenia no quería esto. Armenia se ha subordinado a este proceso de negociaciones, del que su reconocimiento oficial de Nagorno Karabaj la habría apartado, en cierta medida. No obstante, en determinadas situaciones de crisis, Armenia ha amenazado repetidamente con el reconocimiento.
Hubo un cese el fuego tras la guerra de inicios de la década de 1990. ¿Por qué se rompe justo ahora?
No se rompe justo ahora, sino que se ha roto casi cada año. Esa tregua de 1994 no ha traído nunca un cese verdadero, sostenible, de las hostilidades. Sirvió para terminar el estado de guerra, pero no trajo realmente la paz. Se ha comparado a la línea de control del cese el fuego de 1994 con una trinchera de la Primera Guerra Mundial porque a lo largo de esta línea se hallan apostados, frente a frente, francotiradores de ambas partes en conflicto. Así que casi todos los años se producen tiroteos e incidentes violentos, con entre una y tres decenas de muertos anuales. Lo que vemos ahora es, eso sí, el más grave de todos los incidentes desde 1994.
¿Cuánto tiene que ver este conflicto con las grandes potencias regionales, Rusia y Turquía, que además se definen a sí mismas como fuerzas garantes?
El conflicto se relaciona ahora también, naturalmente, con el conflicto ruso-turco en la crisis siria, desatado a finales de noviembre, con el derribo de una aeronave militar rusa por parte de la fuerza aérea turca. Ambos actores están involucrados en el conflicto de Nagorno Karabaj. Turquía se sitúa abiertamente del lado azerbaiyano. Rusia mantiene estrechos vínculos con Armenia, por razones de seguridad. Tiene allí una base militar y cerca de 5.000 soldados estacionados. Pero la posición rusa tampoco es tan clara, porque Rusia también es un importante suministrador de armas de Azerbaiyán. Azerbaiyán importa de Rusia el 80 por ciento de sus armas pesadas. Así que Rusia juega aquí un rol ambivalente, mientras Turquía está claramente junto a Azerbaiyán e históricamente enfrentada con Armenia.
¿Avizora Ud. alguna posible solución a este conflicto? ¿Quién podría o tendría que tomar partido para conseguirla?
De momento, no hay una solución real a la vista. Por ahora se trata de minimizar los daños, de impedir que este incidente se convierta en una segunda guerra por Nagorno Karabaj. Es lo que trata de hacer ahora la comunidad internacional. De ello se trata el encuentro de la OSCE, que se ocupa del conflicto este martes (5.04.2016). Por el momento, todos actores externos que intervienen como mediadores están inquietos.