Neutralidad empresarial en internet: ¿una realidad europea?
10 de junio de 2013Un estudio realizado recientemente por las autoridades reguladoras del bloque comunitario reveló que una de cada cinco conexiones telefónicas fijas y un tercio de las conexiones de telefonía móvil bloquean las aplicaciones de ciertas compañías en Europa. Los objetos de esa interferencia técnica suelen ser los servicios de mensajería y telefonía gratuita porque los proveedores de internet no ganan nada al facilitar el acceso de los usuarios a programas populares como WhatsApp y Skype.
”Como esas aplicaciones gratuitas no calzan en el modelo de negocios de los proveedores de internet, éstos erigen barreras para que los usuarios no puedan usar ciertos servicios de telefonía y mensajería”, explica Constanze Kurz, vocera del Chaos Computer Club (CCC), una organización creada en Berlín en 1981 anticipando la relevancia social que las tecnologías de la comunicación tendrían poco tiempo después. Ahora la Comisión Europea quiere intervenir en la materia.
La política liberal neerlandesa Neelie Kroes, Comisaria Europea para la Agenda Digital, habló ante el Parlamento Europeo sobre la importancia de darle un carácter legalmente vinculante a la “neutralidad de la red”. Ello obligaría a los operadores de internet a mostrarse imparciales de cara a los programas que circulan en la red e impediría que los intereses económicos de los proveedores tuvieran más peso que el derecho de la población a acceder a cualquier aplicación informática que necesite, afirma.
Fijando límites
Kroes ha sido criticada, no por el contenido de su discurso, sino por reaccionar ante el problema cuando el mismo viene siendo motivo de debate desde hace semanas en algunos de los Estados miembros de la UE. En Alemania, por ejemplo, la empresa telefónica Deutsche Telekom anunció que planeaba poner un límite máximo a los datos que sus clientes podían transferir en internet. El que supere ese límite deberá pagar más o resignarse a navegar con más lentitud en la red.
Pero el fin de las tarifas planas, pautado para 2016, tiene aspectos socioeconómicos y hasta políticos que no deben ser ignorados, sostiene Kurz. “Algunas empresas pueden pagar para que sus ofertas no sean afectadas por los futuros límites de transferencia de Telekom y eso sí que es un atentado contra la neutralidad de la red: las radios locales, las ofertas de estudios universitarios a distancia; este tipo de iniciativas de bajo presupuesto se verían en desventaja”, asegura la portavoz del CCC.
Los internautas y sus derechos
“No podemos contar con el sentido de autorregulación del mercado y esperar a que a los proveedores de internet se les ocurra tomar en consideración los derechos de los consumidores. Eso sólo pasará cuando el Estado los inste a hacerlo”, opina Jan Philipp Albrecht, europarlamentario del partido alemán Los Verdes. Dos países comunitarios le han dado rango de ley a la neutralidad de la red: Eslovenia y los Países Bajos. Pero Kurz no cree que muchos otros Estados sigan su ejemplo.
“El consumidor no juega un rol importante en este juego”, dice la activista del CCC. A su juicio, lo que quieren los pequeños proveedores de internet europeos es obtener un pedazo de la torta que actualmente tienden a acaparar los grandes operadores, que usualmente son estadounidenses. “En caso de duda, la neutralidad de la red les da igual. Estamos hablando de empresas con intereses exclusivamente económicos. Es el Estado el que debe definir los límites de su actuación”, cierra Kurz.
Autores: Klaus Jansen / Evan Romero-Castillo
Editor: Enrique López