Nicaragua: “No queremos una solución militarizada”
16 de septiembre de 2018Max Jerez, estudiante del tercer año de Ciencias Políticas en la Universidad politécnica de Nicaragua (UPOLI), llegó a Alemania invitado por la Fundación Friedrich Ebert, cercana al Partido Socialdemócrata alemán (SPD), para dar su testimonio sobre la situación en su país. Jerez es miembro de la coalición universitaria que agrupa a movimientos estudiantiles que iniciaron las protestas contra el presidente Daniel Ortega el pasado mes de abril. También participa en la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que es el interlocutor del Gobierno en el proceso de diálogo nacional, que fue cancelado por Ortega.
El estudiante destaca que la represión es, a más de cinco meses del inicio de las protestas, menos visible que en un inicio, o que en una segunda etapa, cuando las fuerzas policiales utilizaron armas de alto calibre durante la llamada "operación limpieza” para desmantelar barricadas, lo que dejó un alto número de muertos y heridos.
"Ahora estamos en una tercera etapa de represión que es mucho menos visible, pero que consiste en la persecución individualizada, la persecución sistematizada, detenciones arbitrarias y criminalización de la protesta. Estamos hablando de que hay más de un centenar de presos políticos, líderes que están siendo acusados de terrorismo, de crimen organizado y lavado de dinero. Un sinnúmero de cargos que pueden ser castigados con entre 25 y 30 años de prisión".
Alto número de presos políticos
Aunque el Estado nicaragüense no reconoce tener presos políticos o retenidos irregulares en cárceles de tortura, Jerez estima que son entre 300 y 500 los que han sido secuestrados y se encuentran en prisión en calidad de presos políticos.
Organismos internacionales han pedido al presidente Daniel Ortega que permita el ingreso de expertos a las cárceles. "Tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la OEA, como el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos han solicitado que se les permita visitar a los detenidos, pero el Estado les niega el acceso. La cárcel más famosa de Nicaragua, El Chipote, es una cárcel de tortura en donde son llevados los secuestrados o detenidos ilegalmente", destaca Jerez.
El líder estudiantil señala que muchos de sus compañeros de lucha han sido trasladados a una cárcel de máxima seguridad conocida como Modelo. Ahí se encuentran también los líderes campesinos Medardo Mairena y Pedro Mena, que también protestaron contra el gobierno de Ortega y se encuentran en la indefensión, acusados de terrorismo, asesinato y numerosos delitos más.
"La situación de Derechos Humanos es muy compleja", dice el joven, y recuerda el informe presentado por la CIDH en tiempo récord, que mostró las graves violaciones que ha cometido el Estado de Nicaragua. También cita el informe del saliente Alto Comisionado de Naciones Unidas, Zeid Ra'ad Al Husein, que visitó el país poco antes de dejar el cargo, e instó a la comunidad internacional a tomar medidas para frenar la crisis en el país que está sumido en un clima de miedo. El gobierno de Daniel Ortega lo acusó de extralimitarse en sus funciones y lo expulsó del país.
Ortega: dispuesto a gobernar sobre las cenizas
Jerez está convencido de que Daniel Ortega está decidido a quedarse en el poder a cualquier precio. "Ha demostrado que no le importa ningún costo político, que no hay una línea ante la cual se detenga. Su único sostén es la policía nacional y las fuerzas paramilitares, es decir, está gobernando a costa de la violencia y de la fuerza letal. No importa si tiene que masacrar al pueblo de Nicaragua".
El presidente, que gobierna desde 2008, pareciera vivir en un mundo paralelo. "Niega la realidad y no está dispuesto a negociar, parece resulto a gobernar, si es necesario, sobre las cenizas del país", dice el estudiante.
Aunque Max Jerez reconoce que en su país hay muchos sectores que piensan que las fuerzas armadas tienen que jugar un papel determinante, el movimiento estudiantil al que él pertenece rechaza la opción militar. "Nos preocupa dar el poder al Ejército, no apostamos porque las fuerzas armadas tengan ese papel. Creemos que Ortega debe ser obligado a sentarse a la mesa del diálogo porque esa es la única manera de encontrar una salida negociada, una salida pacífica a la crisis, aunque de momento es evidente la falta de voluntad política de Ortega para hacerlo".
Los jóvenes mantendrán el pulso con el gobierno
La alianza estudiantil continuará trabajando con distintos sectores en el país y a nivel internacional y mantendrá la presión en la calle. "Haber llevado el caso de Nicaragua al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha sido un paso muy importante y puede tener muy buenos resultados como mecanismo de presión", dice.
Jerez advierte que todos los que se oponen a Daniel Ortega están en peligro y ejemplifica los métodos de intimidación. "Hace dos semanas fueron detenidos 21 compañeros que posteriormente fueron liberados, otros seis fueron detenidos hace una semana, cinco fueron liberados y uno sigue preso, acusado de terrorismo y de crimen organizado".
Los líderes estudiantiles son la punta de lanza de la protesta contra el régimen de Ortega y Murillo, pero el precio que están pagando por su aspiración a un cambio es alto. Viven en constante peligro, en condiciones de clandestinidad. "Vivimos en casas de seguridad e incluso nuestras familias se encuentran en peligro. No podemos llevar una vida normal bajo esta persecución y peligro de secuestro", afirma Jerez.
Autora: Eva Usi (LGC)