Niclas Füllkrug: el Mundial de Qatar como destino
4 de noviembre de 2022
Hay que voltear diez años de hojas hacia atrás para encontrar la primera mención a Niclas Füllkrug en estas ilustres páginas. Se le mencionaba entonces como un joven talento que encabezaba la lista de promesas de un reformado Werder Bremen. Eran otros tiempos. El Bayern acababa de fichar al brasileño Dante y al suizo Xherdar Shaqiri. Schalke 04 veía terminar la era del fantástico dúo Huntelaar-Raúl, y un jovencito llamado Emre Can pasaba de las juveniles del Bayern al primer equipo muniqués.
Mucho ha llovido desde entonces, y sin embargo, algo jamás cambió: la fidelidad de Niclas Füllkrug a su amado Werder. Es verdad que el delantero dio breves saltos a clubes como Greuther Fürth, Núremberg y Hanóver. Pero la constante nunca desapareció y jamás dejó de unir a Füllkrug con el club de cuyas juveniles surgió.
Alegrías y decepciones para Füllkrug
No es que el camino haya sido fácil. Muy recientemente, Niclas Füllkrug descendió a la segunda división con un equipo que ha batallado para lograr la estabilidad luego de la histórica gestión de Thomas Schaaf en el banquillo. Tampoco ayudó que el Werder Bremen vendiese a su pivote neerlandés Davy Klaasen al Ajax hace un par de años, tras de lo cual el descenso se fue concretando angustiosa pero inequívocamente.
En medio de esta crisis, Füllkrug se mantuvo fiel al equipo, y él así lo explicó: "Pasé toda mi juventud en Bremen. Aquí fui a la escuela y por eso tengo un nexo muy especial con la ciudad y con el club”. Dicen que hechos son amores, y el atacante lo demostró al prescindir de la tercera parte de su salario para quedarse en el Werder. Recién ascendido de segunda, el club no tiene una situación financiera boyante. Pero "los futbolistas del Werder Bremen ganamos lo suficiente para sostener a nuestras familias y vivir una vida muy agradable. Estoy agradecido por ello”, agregó el delantero luego de firmar el contrato que lo vincula con el club hasta 2025.
El llamado de Hansi Flick para Qatar
Con humildad de carácter y aferramiento a un club cuyas glorias se ven ya lejanas, pocos adjudicarían posibilidades de éxito internacional a Niclas Füllkrug. Pero el destino le guardaba una sorpresa. En su regreso a la primera división, y con 29 años a cuestas, Füllkrug encontró la inspiración y el gol. Werder Bremen regresó con furia a la Bundesliga. Aun tras un bache de dos derrotas consecutivas más la eliminación en Copa Alemana, el equipo llega a la jornada 13 en octavo lugar de la tabla, muy honroso para un cuadro que viene de la segunda división.
Con la piel curtida por alegrías intermitentes y por profundos reveses, Füllkrug se vio convertido en una de las figuras del actual torneo. El delantero es el actual líder de goleo individual con 9 anotaciones, empatado con una estrella internacional: Christopher Nkunku del RB Leipzig. Su carácter desbocado, que a veces le ha traído problemas, también lo ayudó a seguir llamando la atención, y desde hace semanas se insiste en que Füllkrug debe formar parte de la selección alemana de fútbol en el Mundial de Qatar.
La nominación, que de por sí parecía inminente, tuvo otro impulso en la desgracia ajena. Si aún quedaba duda de que Füllkrug debía ser convocado, la inesperada lesión de Timo Werner y la ausencia de este en Qatar abren más las puertas a un llamado que luce seguro a unos días de que Hansi Flick dé a conocer la convocatoria definitiva y oficial.
La nominación de Niclas Füllkrug no dejaría de ser un experimento. Es verdad que el delantero carece de proyección internacional, como lo afirmó el exjugador de la selección alemana Sami Khedira. Y también es cierto que Füllkrug, por lo mismo, no se ha probado ante otros tipos y filosofías de juego. Pero para la mayoría de los futbolistas, la carrera en activo es un partido sin tiempos extra. A sus casi 30 años de edad, Füllkrug tendría en Qatar su primera y quizá última experiencia mundialista. En ese momento tardío, el destino insiste en seguirle abriendo la puerta al máximo escenario futbolístico. Y detrás de esa puerta, el chico sencillo de Bremen podría encontrar la gloria que jamás pareció buscar.