Nochevieja en Europa

El 31 de diciembre empieza en Escocia el festival "Hogmanay" con grandes fuegos artificiales. Los hombres desfilan por las calles ataviados con sus 'kilt', las tradicionales faldas escocesas. Llevan whisky, carbón y pan de pasas. Cuando tocan el timbre, se dice que traen buena suerte, como los deshollinadores en Alemania. Al filo de la medianoche se canta la antigua canción celta "Auld Lang Syne".

En el Reino de Dinamarca es una antigua tradición real: a las seis de la tarde la reina Margarita pronuncia el discurso de Año Nuevo, que se retransmite por los medios. Luego se come con amigos y se bebe mucho champán. Por la noche se sirve el 'Kransekage', un colorido pastel de masa de almendras. El que todavía puede tras tanto champán y aguardiente, se sube a una silla y salta a medianoche.

En Alemania, la gente se regala pequeños amuletos: deshollinadores, tréboles de la suerte o cerditos. Se vierte plomo fundido en agua para predecir el futuro a partir de las formas que adopte. En la televisión emiten, curiosamente en inglés, "Dinner for One" ('Cena para uno'): una dama celebra sus 90 años con cuatro amigos fallecidos, a los que reemplaza su mayordomo, que acaba, claro, borracho.

En Austria suena a medianoche en todas las radios y televisiones el "Vals del Danubio" y todo el mundo entra en el nuevo año bailando. Se comen los peces de la suerte, unos dulces tradicionales. Pero cuidado: hay que empezar por la aleta para que no se nos escape la buena suerte. Y está absolutamente prohibido tender la ropa en Nochevieja, porque eso trae mala suerte.

En Suiza se celebra el cambio de año con desfiles, tambores y mucho ruido, lo que supuestamente ahuyenta a los fantasmas y demonios. Por otro lado, no es tan habitual lanzar cohetes como en Alemania: los suizos se adaptan a la estación fría y prefieren hacer una gran hoguera en Nochevieja. Por supuesto, esta noche no puede faltar la tradicional 'fondue' de queso o una 'raclette'.

Una divertida tradición española: comerse las uvas. A las doce en punto de la medianoche, con cada campanada, una uva. Sin atragantarse ni perder la cuenta. Si no, ahuyentamos la suerte para el nuevo año. En cada pueblo y ciudad, la gente se reúne en la plaza principal, frente al reloj, y celebra el Año Nuevo (con la boca todavía llena). Y a las cinco de la mañana, a comer churros (masa frita).

En Francia se cena un buen banquete: con exquisiteces, champán y buen vino. La especialidad es el 'foie gras', el hígado de oca, especialmente popular en Nochevieja. A los franceses no les gustan mucho los petardos: los guardan para el 14 de julio, su fiesta nacional. En la noche los parisinos disfrutan de sus magníficos monumentos y edificios iluminados, como la Torre Eiffel o el Arco de Triunfo.

En Italia a la gente le gusta regalarse ropa interior roja, que inunda las tiendas de lencería. En Nochevieja se ofrece una comida abundante: tradicionalmente se sirve codillo de cerdo con lentejas. Es lo que trae suerte. También tirar la ropa vieja por la ventana. Y para garantizar que nada vaya a salir mal en el nuevo año, escribes tus deseos en un papel y luego lo arrojas al fuego.

En la República Checa el vino espumoso fluye profusamente en Nochevieja. Acompañado de 'Chlebicky', pequeñas baguettes rellenas. También se parte una manzana por la mitad para leer el futuro: si los granos forman una cruz, mala suerte; una estrella, buena. A medianoche suena el himno nacional en la televisión y la capital, Praga, se ilumina con un espectáculo de fuegos artificiales único.

Los búlgaros celebran el cambio de año con alboroto y entusiasmo. Aquí ahuyentan los malos espíritus: los 'kukeri', hombres vestidos de monstruos con aterradoras máscaras bailan y hacen ruido con las campanas que cuelgan de sus disfraces. Esto atrae una buena cosecha y prosperidad para el nuevo año. Además, los golpes en la espalda prometen salud y riqueza.

En Grecia la gente juega a las cartas en Nochevieja: quien gane tendrá buena suerte todo el nuevo año, quien pierda, al menos, tendrá suerte en el amor. También es popular un pan horneado con una moneda dentro. A quien le toque la moneda al partir el pan, se hará rico en el nuevo año.

Tampoco en Turquía la buena suerte viene sola, así que a medianoche hay que abrir todos los grifos de la casa y cerrar todas las puertas. También aquí se dice que la ropa interior roja atrae la buena suerte y salud. Reír a carcajadas y comer dulces son signos de paz. En muchos lugares también hay árboles de Navidad y regalos de "Noel Baba", Papá Noel.