Nuevos misterios revelados en Isla de Pascua
¿Cómo ha cambiado el paisaje de Isla de Pascua? ¿Habrían sido pintados los moais? Un equipo de investigadores internacionales de la Universidad Christian-Albrechts de Kiel hizo importantes hallazgos. Aquí, las imágenes.
De bosque a estepa
Los moais siguen allí, pero el paisaje no siempre fue el mismo. Un equipo de investigadores de la Universidad de Kiel lleva trabajando más de una década en Isla de Pascua, el pequeño territorio chileno en medio del Océano Pacífico. Geólogos, arqueólogos y ecólogos han estudiado el suelo para conocer las transformaciones que ha sufrido el paisaje en el tiempo.
Pasado boscoso
“Hemos comprobado que en casi en todo el territorio de la isla crecía un bosque”, confirma Andreas Mieth, ecólogo de la Universidad de Kiel, basándose en excavaciones y análisis del suelo. Antes de la llegada de los primeros europeos, en el siglo XVIII, los habitantes de la isla ya habían talado las palmas y otros árboles, con diferentes fines, como alimentación, tallado y leña.
El fantasma de la erosión y la sequía
Las excavaciones les han permitido identificar problemas de erosión y falta de fertilidad a los que tuvieron que hacer frente los habitantes de la isla en el pasado, al igual que hoy en día. “Un hallazgo muy importante es que las personas han modificado el paisaje, pero también encontraron soluciones, como cubrir los suelos erosionados con piedras o mudarse a zonas más fértiles”, señala Mieth.
Taller de pigmentos
Uno de los últimos descubrimientos de los investigadores de la Universidad de Kiel es un taller de fabricación de pigmentos, que dataría de un período de entre los siglos XV y XVII. Se trata de unas 100 zanjas o fosas rellenas con un material rojo, procesado por el hombre. El hallazgo se realizó en las cercanías del volcán Ma'unga Terevaka.
Elaboración de hematita
Análisis de laboratorio han permitido comprobar el proceso utilizado para fabricar este pigmento rojo. Los habitantes de la isla molían rocas o sedimentos con alto contenido en hierro, que depositaban en estos fosos, sobre los que quemaban pasto seco, a falta de leña. Con el calor, el polvo se convertía en una forma de hierro de color rojo llamado hematita.
¿Fueron pintados los moais?
“Este polvo muy fino pudo ser usado como cosmético. Tenemos la sospecha de que probablemente se usó para pintar la piel, quizás se aplicó a los moais para fiestas especiales o se usó para hacer dibujos sobre piedras”, explica Andreas Mieth. La imagen de la Universidad de Kiel muestra un modelo hipotético sobre el uso que se le pudo haber dado al pigmento.
Soluciones colaborativas
Estos descubrimientos refuerzan la idea de un pueblo creativo y del trabajo cooperativo que les permitió hacer frente a los desafíos ambientales. Las nuevas amenazas, producto del gran número de turistas y residentes, el creciente volumen de residuos, las aguas residuales y la contaminación, exigen soluciones urgentes y el aporte de diferentes sectores para impedir el colapso de la isla.