Núremberg bajo el signo del balón
2 de febrero de 2006
De no ser porque corre el año 2006, los grandes temas de la famosa feria de juguetes de Núremberg serían que la abeja Maya cumple sus treinta años, que el oso Winnie Puh, sus ochenta y que Barbie cuenta ahora con un flamante libro de cocina.
Pero estamos en el 2006 y el Mundial de fútbol es ineludible, evidente, omnipresente e imbatible. Ni los 250 años del nacimiento del genio musical Mozart con sus inteligentes juegos de preguntas y respuestas para "niños prodigio", ni el robot para armar y programar que presenta Lego pueden contra él. El mundo del juguete gira alrededor del balón futbolero.
A comprar estadios
A su encanto ha sucumbido el clásico Monópoly, por ejemplo. Su fabricante, la empresa Hasbro, ofrece este año una edición especial. En vez de calles, estaciones de tren y alamedas, el jugador puede adquirir estadios de fútbol y equipos nacionales. Los casinos y los hoteles han cedido su lugar a graderías, estadios y zapatos de fútbol. Y el dado se ha convertido, gracias a la licencia de la FIFA, en un balón. En la cárcel, sin embargo, se sigue estando tras las rejas, como siempre.
Playmobil patea
Playmobil, la empresa familiar de la región, hace su aporte al mundo lúdico futbolístico y ofrece un estadio de fútbol, en el que se trata de que los clásicos muñequitos de colores, de 7,5 centímetros, pateen correctamente y logren meter el balón en el arco. Hay que puntualizar que, a treinta años de su creación, estos diminutos seres por primera vez cuentan con piernas móviles. Y con diez equipos de fútbol completos.
Ravensburger remoza su puzzleball con un rompecabezas formado de fotos de los jugadores del equipo germano. Aunque la competencia es dura y existen unas 50 versiones de rompecabezas en forma de balón de fútbol, Ravensburger espera continuar con la estrella que la acompañó en 2005, a pesar de haber sido un año tan malo para el ramo en general.
En resumen, la feria de la capital mundial del juguete -que empezó siendo el trampolín al mercado internacional de soldaditos de plomo, muñecas, juegos de mesa y rompecabezas- se torna este año casi monotemática. Peluches, llaveros, muñecos, uniformes y conjuntos, mascotas, modelos para armar de las más diversas índoles, copas del mundo, autos, lapiceros y balones originales… todo es susceptible de ser encontrado y comprado con la marca del Mundial. La FIFA espera recabar unos dos mil millones de dólares adicionales. Y la feria del juguete de Núremberg es, para ello, una buena cancha.