Obama inicia su segundo período con tareas pendientes
20 de enero de 2013
Barack Obama llegó a su segundo período como presidente de Estados Unidos con el apoyo de la mayoría de sus compatriotas. Las encuestas varían en algunos puntos porcentuales, pero todas afirman que el nivel de aprobación del mandatario supera el 50 por ciento. Las mismas encuestas muestran, eso sí, el mismo problema de siempre: la mayoría de los demócratas apoya las políticas de Obama, la mayoría de los republicanos las rechaza. El país sigue dividido.
“Incluso con altos niveles de aprobación y un mandato determinado por la elección, la actual configuración del Congreso es difícil para la Casa Blanca, que se preocupa de eso así como de la situación financiera del país”, dice el profesor Julian Zelizer, de la Universidad de Princeton. El historiador espera un punto muerto en términos legislativos similar al que hubo al final del primer mandato de Obama, y un incremento en los próximos años.
Techo de la deuda, finanzas públicas y empleo
Al menos hay un punto en donde los republicanos se muestran más condescendientes con Obama: los diputados ya aclararon que la Cámara de Representantes está dispuesta a extender el techo de la deuda por tres meses, para evitar una bancarrota nacional a fines de febrero. Pero hay algo más además de la consolidación de las finanzas públicas: “La economía es el elemento más importante para la evaluación de su segundo mandato”, dice Jacob F. Kirkegaard, economista del Instituto Peterson de Economía Internacional. El desempleo ha disminuido, pero muchas personas sencillamente han dejado de buscar trabajo. El problema que eso conlleva es el desempleo crónico, que es más difícil de superar y desacelera el crecimiento.
En esa lucha contra la falta de trabajo, Obama se enfrenta a un problema conocido: depende de una Cámara de Representantes dominada por los republicanos y un Congreso donde, además, tienen una minoría con poder de veto. La tarea para Obama será lograr “un acuerdo a largo plazo en política fiscal con el Congreso”, dice Kirkegaard. Al menos en un aspecto el experto es optimista: la política comercial. El Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico con países como Australia, Perú y Chile va bien encaminado y “también creo que se adoptará un acuerdo comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea”, afirma Kirkegaard.
En el plano interno, Obama todavía tiene tareas pendientes de su primer mandato. Por ejemplo, el endurecimiento de la ley de posesión de armas. Hasta ahora hay 23 decretos presidenciales sobre el tema, entre ellos, investigar los orígenes de la violencia armada. Sin embargo, está por verse si las demandas del mandatario, que también incluyen la verificación de los antecedentes de todas las personas que compren un arman, llegarán finalmente a ser aplicadas.
Inmigración y política exterior
Donde las cosas se perfilan mejor, a juicio de Zelizer, es en la reforma migratoria. “Esta es la única área donde Obama puede lograr algo grande, no por la buena voluntad de los republicanos, sino porque en ese partido están desesperados por no ser catalogados como anti inmigración”. A la luz de los cambios demográficos, los conservadores tienen cada vez menos margen para prescindir de las crecientes minorías. Incluso dentro del mismo partido republicano, hay cada vez más defensores de la reforma.
En política exterior no se esperan sorpresas. El segundo mandato está dominado por la retirada de los soldados estadounidenses de Afganistán o el conflicto sin resolver en Oriente Medio. Con la nominación de John Kerry como futuro Secretario de Estado, el republicano Chuck Hagel como ministro de Defensa y John Brennan como jefe de la CIA, Obama señala que busca continuidad. Julian Zelizer: “Chuck Hagel es un halcón que se muestra contrario al uso de la fuerza, pero es republicano y no rehuirá hacerlo cuando sea necesario”. El internacionalista y veterano de Vietnam, John Kerry, también encaja en ese concepto, al igual que el actual asesor presidencial en la lucha antiterrorista, Jon Brennan.
La agenda exterior de Obama tiene que adaptarse a las necesidades de los estadounidenses. Según una encuesta encargada por “Better World Campaign”, la mayoría de los consultados declaró que el presidente tenía como principales desafíos la economía y el comercio globales. Luego venía la preocupación sobre los planes nucleares de Irán y Corea del Norte, seguido de los problemas en Medio Oriente. En cuarto lugar: el terrorismo. También se mostró interés en el retorno de las tropas a casa y el fin de la guerra en Afganistán. Lo que queda claro es que Obama tendrá que trabajar a manos llenas en su segundo mandato.
Autor: Christina Bergmann / DZ
Editora: Cristina Papaleo