Objeción a la patente sobre el maíz
11 de febrero de 2003¿Manipulación genética o mano de dios?
La patente de la discordia es la así llamada patente del "maíz aceitoso" y se refiere a los granos de maíz que contienen más de un 6 por ciento de aceite y al menos 55 por ciento de ácido oleico. Misereor afirma que se trata del contenido oleoso natural de las plantas y que las mismas no fueron manipuladas genéticamente. DuPont por su parte, declara que dichos granos de maíz resultan del cruzamiento de una planta paterna muy oleaginosa y una planta materna alterada por mutagénesis química.
La patente, que había sido concedida a DuPont el 30 de agosto del 2000, le garantizaba a la transnacional estadounidense el derecho de propiedad sobre todas las plantas de maíz con estas características.
El detalle de la patente explica que las plantas de maíz empleadas en el cultivo de la mutación fueron desarrolladas en las universidades de Iowa e Illinois (EE.UU.).
Sin embargo el país de procedencia del maíz es México. La patente fue concedida sin la aprobación del país de origen, según Misereor y Greenpeace se trata aquí de un caso evidente de biopiratería.
Piratería biológica
"Los campesinos de todo el mundo sufrirán las consecuencias en forma de tasas de licencia y pérdida del derecho de comercialización. Una patente de este tipo desprecia el valor cultural del maíz en la tradición de los pueblos latinoamericanos", opina el gerente de Misereor, el Dr.Martin Bröckelmann-Simon.
Las protestas de Misereor y Greenpeace van dirigidas también en contra del actual Derecho Europeo de Patentes. Ambas organizaciones exigen del gobierno y parlamento alemán que se prohiba la concesión de patentes sobre plantas y genes, tanto por razones de ética como de desarrollo político. Desde el año 2000 a la fecha la Oficina Europea de Patentes ya ha concedido 12 patentes sobre animales, 54 sobre plantas y 150 sobre genes humanos.
La gerente de Greenpeace, Brigitte Behrens, describe la situación de este modo: "Es el mundo al revés – hasta ahora el maíz, en cuanto alimento y patrimonio cultural, estaba a disposición de todos y ahora, gracias a una patente, está en poder de un consorcio internacional. Del mismo modo alguien podrá afirmar haber inventado nuevamente la rueda y exigir los derechos sobre todos los medios de locomoción, desde el patín hasta el automóvil".
Una comisión independiente de la EPA deberá decidir ahora sobre la patente del "maíz aceitoso", basándose en el Acuerdo Europeo de Patentes.