Obstrucción del Rin: problemas logísticos y escasez de materias primas

El río Rin podría permanecer bloqueado para cargueros de gran tamaño al menos durante otra semana, luego de que el carguero “Waldhof” con 2.400 toneladas de ácido sulfúrico naufragara el pasado 13 de enero en inmediaciones del risco Loreley. Desde entonces, alrededor de 250 embarcaciones permanecen varadas, mientras que otros cientos de barcos no han podido salir de sus respectivos puertos.

Para las embarcaciones pequeñas la situación es un poco mejor. Hasta este sábado (22.01) 111 de éstas habían podido pasar cerca al carguero accidentado gracias a una “navegación controlada” por las autoridades. Sin embargo, los barcos de mayor tamaño tendrán que esperar a que se finalice la operación de salvamento y se remueva el “Waldhof” con ayuda de cuatro grúas especiales, dijo Florian Krekel, funcionario de la Autoridad de Navegación del Rin (WSA por sus siglas en alemán) en Bingen, a Deutsche Welle. La escasez de materias primas, empero, comienza a preocupar a varias compañías en Europa.

Operación en marcha

Para poder liberar el paso por el Rin, es necesario primero remover el “Waldhof” de una forma segura. Y para llevar a cabo ese proceso, tres grúas montadas sobre barcazas han arribado al lugar de accidente desde el pasado jueves; la cuarta se espera para el martes (25.01). “La situación se ha distencionado fuertemente”, dijo Krekel. "Las dos primeras grúas estabilizarán el barco y comenzarán a tender los cables. Sin embargo, no esperamos remover el carguero antes del final de la próxima semana, como fecha más cercana", sostuvo el funcionario.

Sobre la autorización de permitir el paso de embarcaciones pequeñas cargadas de productos no peligrosos, Krekel dijo que “ésto es sólo una prueba por ahora”. La selección de los barcos se realiza de acuerdo a la longitud, ancho, profundidad y tipo de carga". Por lo general, entre 100 y 120 embarcaciones pasan por Bingen cada día, dijo Krekel.

¿Peligro inminente?

El carguero “Waldhof”, propiedad de una compañía naviera alemana, transportaba 2.400 toneladas de ácido sulfúrico del principal centro de producción de la empresa química alemana BASF en Ludwigshafen a otra planta en Amberes, Bélgica, cuando ocurrió el accidente frente al famoso risco Loreley.

Inicialmente, había cierta preocupación de que la corriente pudiera cavar un agujero debajo del barco en el fondo arenoso del Rin, lo que podría ocasionar que el carguero se rompiera. “Afortunadamente, el peligro es menor de lo que esperábamos. El barco se está moviendo poco", dijo Krekel.

A comienzos de la próxima semana también se realizarán mediciones y pruebas de la peligrosidad de la carga. En caso de que el ácido sulfúrico haya entrado en contacto con agua, esta mezcla podría ser explosiva. Ante este escenario, los especialistas tendrían que actuar bajo estrictas medidas de prevención y seguridad.

Escasean materias primas

El Rin es una de las rutas fluviales europeas más importantes para materias primas como cereales, minerales, carbón y productos petroleros, como combustible de calefacción. Además es una de las principales vías para las importaciones de materias primas a Suiza.

Justamente, BASF es una de las primeras compañías en reconocer los problemas logísticos que ha debido sortear debido a la interrupción del tráfico en el Rin. "Muchos de nuestros materiales son transportados por barco, al igual que muchos de los productos que ofrecemos a los clientes", dijo una portavoz de BASF a Deutsche Welle. "Tenemos un déficit de cinco materias primas, por lo que hemos tenido que ajustar nuestra producción acorde con esta insuficiencia". La compañía química también se ha visto obligada a transportar más productos y materiales por otras vías, como el ferrocarril y la carretera, agregó la portavoz.

La importancia comercial del Rin

El río, que fluye hacia Rotterdam, el puerto más grande de Europa, transporta alrededor de 170 millones de toneladas de mercancías anuales. Alrededor del 80 por ciento de la navegación interior en Alemania se lleva a cabo a través del Rin, incluidos los buques que acceden de otros ríos.

"El Rin es muy utilizado para el transporte de contenedores, de carbón, petróleo y muchos otros materiales", dijo Nikolaus Hohenbild, miembro de la junta de la Asociación Alemana de Compañías Independientes Navieras del Interior. "Esperamos que las pruebas con cargueros más pequeños sean exitosas para algunos movimientos de carga. De lo contrario, esta interrupción causará enormes problemas logísticos".

Alemania cuenta con alrededor de 2.200 de barcos para transporte interno, operados por cerca de 1.000 empresas. Este sector emplea a unas 7.500 personas y genera ingresos anuales de más de 1.700 millones de euros.

Autor: John Blau / Cristina Mendoza Weber
Editora: Emilia Rojas