Oktoberfest 2016: seguridad, récords y cerveza
El festival muniqués terminó con un récord negativo: hacía 15 años que no recibía tan pocos visitantes. A pesar de ello, no faltó cerveza.
Récord negativo
La fiesta, como siempre, fue grandiosa. Y eso que hacía 15 años que la Oktoberfest no recibía tan pocos visitantes. Por esta edición pasaron cerca de 5,6 millones de personas, 300.000 menos que en 2015. Uno de los motivos fue la preocupación por la seguridad, que obligó a los organizadores a establecer un perímetro alrededor del recinto y a registrar a todos los visitantes.
Menos gente, menos cerveza
Una de las escenas más típicas de la Oktoberfest es ver a los asistentes tumbados en el césped. Comprensible: la cerveza del festival tiene mayor graduación de alcohol que la convencional, y es más suave y menos amarga, lo que hace que sea más sabrosa. En 2015 se consumieron alrededor de 7,5 millones de litros. Este año se espera que haya habido una disminución de entre el 12% y el 15%.
Seguridad reforzada
Cerca de 600 policías garantizaron la seguridad en la feria de la cerveza más famosa del mundo, 100 más que en 2015. Además, el gobierno bávaro contrató 450 agentes vestidos de paisano que, según la prensa local, costaron cerca de 3,6 millones de euros. Un mayor despliegue y 29 cámaras de video ayudaron a vigilar los movimientos de la gente.
Habilidad y fuerza
Las camareras de la Oktoberfest se merecen un aplauso. Y es que cargan, de una vez, hasta 12 jarras de 2,3 kg cada una. Teniendo en cuenta que este año cada una cuesta 10 euros, más las propinas, es fácil entender por qué se esfuerzan. "Ein Prosit, ein Prosit der Gemütlichkeit!" es el brindis típico de la Oktoberfest.
Cumplir las reglas
Bailar en las tiendas de la Oktoberfest y sobre los bancos está permitido. Eso sí, nunca encima de las mesas. Desnudarse también está permitido, mientras no haya fotógrafos cerca... Si descubren a alguien robando una jarra de forma flagrante recibe un aviso. En la imagen, un joven celebra la apertura del festival encima de un banco.
Dura declaración de amor
Parecen deliciosos y, de hecho, son comestibles. Aunque mejor evitarlo. Los corazones "Lebkuchen" se pueden encontrar en multitud de puestos de la Oktoberfest. Pero están duros como piedras. Mensajes como "Ich liebe dich" (Te quiero) o "Süße Prinzessin" (Dulce princesa) quedan mejor colgados en la pared.
La cerveza despierta el apetito
En la Oktoberfest tampoco falta carne. El pollo asado es el favorito de los visitantes. En 2015 se consumieron más de 480.000 en dos semanas. Según los organizadores, este año la demanda bajó un 20 por ciento.
Vestidos para la ocasión
Aunque no es obligatorio vestir los trajes típicos, casi todos los asistentes lo hacen. Hace algunos años, los atuendos que visten las chicas de la foto se consideraban pasados de moda. A la hora de disfrazarse lo importante es ser coherente, ir bien vestido de pies a cabeza y sin mezclar estilos. Los modelos están disponibles en todos los colores, tejidos y estilos.
Estresante
Para Mariann, la esposa del nuevo técnico del Bayern Múnich, el italiano Carlo Ancelotti, era la primera vez en la Oktoberfest. Es tradición que los jugadores del equipo bávaro asistan a la feria debidamente trajeados. En 2016 no fue diferente, a pesar del tropiezo sufrido por los muniqueses contra el Colonia en la Bundesliga.
Hasta la próxima
El 3 de octubre, día en que se celebra la Unidad Alemana, la Oktoberfest cerró sus puertas hasta septiembre del año que viene. Pero, ¿por qué termina a principios de octubre? La primera edición de la fiesta, en 1810, sí se celebró en octubre. Pero ya en 1904 fue transferida a septiembre. La razón: el mal tiempo de la ciudad bávara. Y es que algunos años hasta nevó durante la fiesta.