Ni un poco de paz en Cachemira
23 de septiembre de 2016Los numerosos conflictos en Oriente Próximo y Medio, así como en Corea y en el mar del sur de China han eclipsado otro conflicto que tiene el potencial de convertirse en una grave guerra. Y es que no debemos olvidar que dos potencias nucleares se enfrentan en Cachemira. La retórica tanto en India como en Pakistán no es prometedora; menos ahora que el conflicto se vuelve a encender. Es alarmante, a su vez, la regularidad con la que la situación escala cada vez que ambos Gobiernos envían señales de distensión. Al parecer, en ambas naciones existen, simplemente, fuerzas que no pueden ser controladas por los respectivos Gobiernos.
Otro agravante es que ninguna de las partes puede afirmar tener un “historial limpio”. Pakistán debe aceptar las acusaciones que pesan sobre él de voltear la mirada cada vez que extremistas cruzan la línea de demarcación para llevar a cabo sangrientos ataques en Cachemira o en otras partes de India. Y por el otro lado, el comportamiento desconsiderado que exhiben en parte las fuerzas de seguridad indias, no otorga a musulmanes en India la sensación de ser ciudadanos plenos de ese Estado al que muchos gustan de llamar “la democracia más grande del mundo”.
Y aún está el factor del prestigio. Ambos Estados, sin importar quién esté en el poder, se llevan atrincherando en sus posiciones máximas desde hace décadas. En tal situación, hasta la más pequeña señal de voluntad de hacer una concesión es vista como alta traición. Cualquier político que se atreva a proponer tal curso, pone, literalmente, en riesgo su vida. Y los intentos de la comunidad internacional de mediar en el conflicto son vistos en India y Pakistán como injerencia ilícita en asuntos internos, por lo que son inmediatamente rechazados.
A la luz de la situación, debemos estar felices de que el conflicto, hasta la fecha, haya llegado solo a ciertos choques ocasionales. No obstante, las varias guerras libradas en el pasado entre India y Pakistán aconsejan precaución. Durante la Guerra Fría, las armas nucleares eran vistas como garantía de que las cosas nunca se saldrían completamente de control. Hasta puede que hoy día estén cumpliendo el mismo papel en el sur de Asia. ¡Si tan solo uno pudiera estar seguro!
Para aprender: aquí puede usted leer la versión original de este artículo en alemán.