De mal en peor
21 de septiembre de 2015Esta debía haber sido la semana de Martin Winterkorn, que el viernes iba a presentar al Consejo de Dirección su plan maestro para la reestructuración del grupo. Ahora, un agujero de mil millones amenaza a la empresa y supone la mayor derrota personal de Winterkorn como jefe de Volkswagen.
El negocio de Estados Unidos está en una situación catastrófica, le dijo ya a principios de 2014 el poderoso jefe del comité de empresa. Se refería a la debilidad del mercado del automóvil en Estados Unidos y, sobre todo, a la incapacidad de los administradores para responder a ella desde Wolfsburgo. Cuánta razón tenía lo muestran ahora las investigaciones de las autoridades ambientales estadounidenses.
Pérdida de control
Winterkorn actuó entonces con su dureza habitual y eludió las responsabilidades. Ahí comenzaron sus errores estratégicos. Desde ese momento, Estados Unidos era su prioridad en este conglomerado internacional que agrupa a doce marcas. Él, que siempre había aparecido como un ingeniero meticuloso y obsesionado por el detalle. La tecnología era su mundo y dominaba todo el pensamiento de Winterkorn. En un grupo que ha duplicado bajo su liderazgo la producción anual de automóviles hasta los diez millones de unidades, ahora tiene que admitir que ha perdido el control.
Durante los últimos 16 meses ha habido investigaciones por manipulaciones en el sistema de emisiones de escape. Mucho tiempo, incluso para los ingenieros de Volkswagen. Pero, ¿qué han hecho Winterkorn y sus hombres en esos meses? El mayor fabricante de automóviles del mundo, junto a Toyota, tiene suficiente con ocuparse de su vertiginoso crecimiento. Casi cada semana se presentaban nuevos modelos de automóviles y cada año se iban añadiendo fábricas en China o América del Sur.
Como director general del consorcio, Martin Winterkorn actuaba personalmente desde hace años como jefe de la marca matriz Volkswagen. Justo acaba de ceder esa función al antiguo director de BMW, Herbert Diess… seguramente demasiado tarde.
Diagnóstico incorrecto
La "situación catastrófica" en Estados Unidos viene a empeorar las cosas. El mes pasado registró pérdidas. Si ahora Winterkorn, al tiempo que lamenta la manipulación en los vehículos diesel, anuncia que quiere volver a ganarse la confianza de los clientes en América, es que no entiende la situación. Los clientes estadounidenses ya se habían decidido antes del último escándalo, mayoritariamente, por los coches de Ford, General Motors o Toyota. No había ya una confianza que recuperar.
Lo que el Grupo Volkswagen necesita ahora es una nueva estructura de gestión. Más responsabilidad de cada marca dentro del grupo y menos autocracia Winterkorn. Precisamente eso es lo que debería proponer a sus consejos de administración la próxima semana, quien pretende cumplir su actual contrato hasta 2018.