Opinión: Acá no hubo debate
4 de septiembre de 2017No hubo debate. De hecho, no hubo siquiera atisbo de divergencia. El llamado "duelo televisivo" transmitido por los grandes canales de TV alemanes, cinco en total, fue el más débil desde el debut de este formato, en 2002. Y eso dice mucho tanto de la política como de la televisión alemana.
Con en lugar de contra
Angela Merkel contra (más bien con) Martin Schulz. El debate televisivo de ambos -aliados políticos en el gobierno federal- con los cuatro periodistas fue más bien una conversación sin público. Y no me refiero solamente al estudio Adleshof.
La situación social en Alemania, que es tensa pese a una economía boyante, apenas estuvo en la discusión. La difícil condición en que viven muchas familias, los desafíos (y también las oportunidades) de la digitalización y la globalización para los trabajos y la formación brillaron por su ausencia.
En lugar de eso se habló largo y tendido (y mirando al pasado, al 2015) sobre la llegada e integración de los refugiados. Pero también hubo algunos aspectos de política exterior dignos de mención. Primero, la relación con Turquía. Ambos, la jefa de la CDU y el jefe del SPD, anunciaron un cambio de curso: no más negociaciones de unión aduanera ni de adhesión a la Unión Europea con Ankara. Hasta hace poco, los socialdemócratas querían mantener abierta la opción de ingreso turco a la UE, mientras que la CDU buscaba alguna forma de evitarla. Pero la autocracia que se impone en Turquía, esa que toma como rehenes a ciudadanos alemanes, ha llevado a la política de Berlín a cambiar de rumbo de forma notoria.
Segundo: la actual escalada en Corea del Norte, que en el peor de los casos nos puede llevar a una enorme guerra. Allí pudo Merkel demostrar su manejo y su experiencia, y hablar de las llamadas telefónicas que hará a Moscú, Pekín, Tokio, Seúl y Washington.
Tercero: Merkel y Schulz encuentran de lo peor que haya un Mundial de Fútbol en Qatar el 2022. Algo dicho con tanta claridad no se oye muy a menudo. Habrá que acordarse de esto cuando los políticos viajen de nuevo hasta allá acompañados por empresarios.
Democracia y oposición
Si los 97 minutos de este debate deben mostrar algo es esto: Alemania no necesita más una Gran Coalición. Por favor no. Ya han convivido juntos estos dos partidos demasiado tiempo. Ya no se aguantan más. También eso quedó en evidencia esta tarde: unos y otros se conocen casi a la perfección. La democracia requiere de gobiernos fuertes, sí, es cierto. Pero también requiere de una oposición fuerte. Y un debate sin debate no lleva a ninguna parte, y eso quedó al desnudo esta tarde.
En Alemania hay, desde 2005, un solo debate de los grandes. Y eso también es bueno, pues el sistema alemán es una democracia parlamentaria, no una democracia presidencial (Trump llegó también a la cima por medio de numerosos debates televisivos, ojo). El sistema alemán se basa en la elección de partidos, no de jefes de gobierno. Y a las democracias parlamentarias pertenecen los programas de trabajo y las negociaciones con la oposición. Y de eso, esta tarde y ante millones de televidentes, hubo muy poco.
Christoph Strack (DZC/JCG)