Opinión: Belleza contra la violencia
2 de noviembre de 2017Rara vez un concurso de belleza atrajo tanta atención internacional como la elección de Miss Perú 2018. En lugar de presentar las acostumbradas medidas de las concursantes, es decir las del busto, cintura y caderas, se presentaron otros números, los números feos de las mujeres más bellas del país.
Por ejemplo, el de los "femicidios”, como se les llama en América Latina a los asesinatos que tienen que ver con el rol de las mujeres y su género. En los últimos nueve años, se han documentado 2.202 casos de femicidios en el Perú; y en lo que va de este 2017, ya son 94 las víctimas. Por ejemplo: el 60 por ciento de las peruanas experimenta violencia doméstica de parte de sus parejas, al menos una vez en la vida. Y en cuanto al abuso infantil, se registran 13 mil víctimas por año.
No sólo en Perú
Las trece finalistas en el concurso de belleza contribuyeron con algo a la deprimente enumeración, aportando cifras de sus propias regiones y entregando otros datos a nivel nacional. También se podrían haber presentado cifras de Colombia, Costa Rica, o de Zambia, Bangladesh, o República Checa. Todos son países que ocupan los primeros lugares en cuanto a violencia contra la mujer, según un estudio de la ONU.
Perú es considerado el país con mayor número de casos de este tipo en América Latina, después de Bolivia, aunque hace dos años se aprobaron leyes más duras en estos casos. En Argentina y México también las mujeres son brutalmente asesinadas por sus maridos, parejas o por extraños casi todos los días, a pesar que ahora existen penas especiales para los femicidios.
Violencia contra mujeres: brutal y pérfida
Las leyes se deben aplicar. Un problema fundamental en muchos países de América Latina, África y Asia, donde la agresión doméstica contra las mujeres es, comparativamente, más común. Allí donde la corrupción y la impunidad son pan de cada día, también los abusos contra las mujeres quedan sin castigo. Pero la violencia contra ellas es desproporcionadamente alta y especialmente brutal y pérfida porque se practica contra la familia. Los padres violan a sus hijas, los maridos despedazan a sus esposas… Los jóvenes y hombres son mucho menos propensos a ser víctimas de tales crímenes. Pero la Policía, los fiscales y los jueces siguen siendo en su mayoría hombres, y a menudo con los patrones de pensamiento correspondientes.
Nada hace esto más evidente que las críticas que surgirían contra los organizadores del programa de televisión en Perú, poco después de la elección de belleza. Críticas provenientes justamente de las supuestas o autoproclamadas feministas: la protesta realizada en el concurso puede interpretarse como "comercialización de la violencia", dijeron.
Patrones como causa
Ese argumento adopta la mentalidad de los agresores y reduce a las participantes del concurso de belleza a ser sólo cuerpos bellos. ¿Las mujeres que muestran su belleza sólo quieren ganar dinero? Esto recuerda fuertemente una frase que se escucha con frecuencia, sobre que las mujeres vestidas "provocativamnete” buscan que las violen. Justamente, este pensamiento es la causa real de la violencia contra las mujeres.
El espectáculo en Perú fue un show, por supuesto, y uno que es del agrado de los hombres. Por lo tanto, fue la plataforma correcta. Porque las mujeres allí no comercializaron cervezas o autos, sino que demostraron solidaridad entre mujeres. Su preocupación es internacional y necesita de la atención mundial y de voluntad para hacer campaña y no sólo para hacerlo el Día de la Mujer.
Autora: Uta Thofern (MN/FEW)