El cínico juego con el drama de los refugiados
1 de marzo de 2016La Unión Europea siempre ha salido fortalecida de las crisis. Cuando la presión es lo bastante fuerte, la UE encuentra una fórmula de acuerdo en el último minuto. Esos son dos postulados clásicos, cuya veracidad está siendo cínicamente puesta a prueba en estos días. Con el cierre del paso a los refugiados y migrantes sobre todo en la frontera greco-macedonia, Austria y los Estados balcánicos han incrementado enormemente la presión sobre Atenas para que por fin actúe.
Al mismo tiempo, las terribles imágenes de refugiados desesperados entre nubes de gases lacrimógenos habrían de inducir a los gobernantes de la UE a aprobar alguna forma de repartición de refugiados, de cualquier índole. La canciller alemana, Angela Merkel, sigue demandando esa “solución europea”. Hasta la próxima cumbre del 7 de marzo ha de extremarse la inhumana situación en Grecia, para forzar una solución.
Con esas tremendas imágenes, el gobierno austriaco quisiera intimidar a potenciales refugiados y emigrantes, y hacerlos desistir de partir de Siria, Irak o Afganistán. Lo que por lo visto se olvida es que en las fronteras de Grecia, en Atenas, en las islas o en el puerto del Pireo están sufriendo personas de carne y hueso, a las que se ha convertido en piezas del ajedrez político de la UE. Es una política cínica, que debe cesar de inmediato.
No sirve apuntar contra Grecia
No se puede dejar simplemente a Grecia sola con el problema, señaló Angela Merkel el domingo. Pero eso es justamente lo que ocurre. La canciller alemana, aislada en Europa, no indicó una alternativa. El ministro de Defensa austriaco le aconsejó a Merkel transportar directamente a los refugiados de Grecia y Múnich. Así demostró claramente que intenta chantajearla con la situación de esas personas. Y eso es simplemente abominable.
¿Qué ha de ocurrir en Grecia? ¿Ha de colapsar por completo el Estado? La mecha ya está encendida. El premier griego, Alexis Tsipras, amenaza por su parte con bloquear las decisiones de la UE, en lugar de habilitar de una vez por todas suficientes albergues de emergencia para los refugiados y emigrantes. Bruselas ya liberó dinero para eso en el verano. Grecia solo tendría que usarlo. También en la actual crisis, el Estado brilla por su ausencia y confía en las organizaciones humanitarias privadas y en la solidaridad espontánea de la ciudadanía.
No obstante, los países europeos no deberían levantar el dedo acusador contra Grecia. Desde hace 15 años viven en Francia refugiados en Calais, y últimamente también en Dunquerque, en campamentos con condiciones infrahumanas. Francia y Gran Bretaña –objetivo de esos migrantes- no han encontrado hasta ahora una solución, aparte de reforzar los cercos y desmantelar el campamento cada par de años. Naturalmente la dimensión del drama es menor en Calais que en Grecia. Pero sigue siendo una vergüenza, producto de una errónea política de asilo.
El humanismo es pasado a llevar
No se puede esperar una cumbre más de una UE cada vez más incapaz de actuar. La gente debe recibir atención ahora. ¿Tendrá que haber muertos o cuánto podrá prolongarse el cínico juego táctico? De todos modos, con este cierre de fronteras no se podrá mantener a largo plazo a los refugiados y emigrantes acorralados en Grecia. Buscarán nuevas rutas: a través de Bulgaria, Albania, Egipto, Libia o Italia.
Vana es la esperanza de que Turquía haga el trabajo y evite que la gente huya hacia Grecia. Sin una oferta europea de acoger directamente a refugiados en Turquía, Ankara no tiene alicientes para jugar a ser el guardia fronterizo de la UE.
Se debe dejar de hacer política a costa de refugiados y emigrantes, ya sea en Grecia, Macedonia, Francia u otro lugar de Europa. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados reprocha a la UE estar provocando una catástrofe humanitaria en Grecia y ser en buena medida culpable de ella. No hay nada más que agregar.