Opinión: el niño modelo se atrasa
1 de octubre de 2016A finales del año pasado, todos estuvieron de acuerdo en París: el problema sería los Estados Unidos y China. Si bien los dos gigantes de la contaminación habían aceptado un acuerdo histórico sobre el cambio climático, eso no garantizaba que lo ratificaran. También con la India había preocupación: ratificación, tal vez, pero cuándo exactamente, nadie lo quería vaticinar.
Ahora ya lo sabemos: Estados Unidos y China ya lo han ratificado y en la India falta únicamente la firma. Una de las dos condiciones para que el acuerdo entrara en vigor ya está cumplida (que al menos 55 países hayan dado ya este paso) y el otro está por cumplirse pronto (que esos países representen, al menos, el 55 por ciento de la emisión mundial de gases de efecto invernadero). La Unión Europea, por lo que parece, se sorprendió con la, para los estándares diplomáticos, rapidez con la que otros países han tramitado la ratificación. El niño modelo de la protección climática se ve de repente superado por los peores de la clase.
Europa pierde su papel pionero
Una reunión extraordinaria de último momento necesitaron los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea para decir: "miren, gracias a nosotros se ha superado el problema del efecto invernadero". Pero esto es cierto sólo en parte. El ansiado acuerdo podría no entrar en vigor a tiempo para la conferencia sobre el clima de noviembre en Marrakech. La señal que emana de la comparativamente tardía ratificación de la UE es que…¡el mundo puede conseguirlo incluso sin Europa! Para un continente que todavía se ve a sí mismo como pionero de la protección del clima, deja un regusto amargo.
Es probable que al final nadie recuerde si la ratificación de la Unión Europea fue un par de semanas antes o después. Pero mientras países como China pisan el acelerador, los Estados miembros de la UE permanecen atrapados en procedimientos inevitablemente largos. En esta ocasión, Polonia hubiera preferido incluso dilatar más el proceso debido a su preocupación por su industria del carbón. Europa también pierde el papel de vanguardia en el área técnica: al potenciar las energías renovables se encuentra entre dos frentes.
Eficacia implica rapidez
Los países miembros de la UE deben ahora, en la implementación del acuerdo, demostrar que siguen teniendo una posición de liderazgo en todo el mundo. Porque ratificar es una cosa y la ejecución real, otra distinta. Deben ir más allá de los simples juegos aritméticos con las emisiones. Empieza el difícil camino para aprobar leyes concretas y efectivas, tanto a nivel nacional como comunitario, para limitar a los principales causantes de la contaminación. El carbón, la electricidad, el transporte, la agricultura… nada puede ser intocable. Si bien la velocidad no es la especialidad de la UE, sí puede destacar en la eficacia de las medidas que adopte y, así, mantener su credibilidad en el ámbito de la protección medioambiental.
Los invitamos a leer la versión original de este artículo en alemán.