Theresa May se sentía demasiado segura. Quería un mandato para formar un gobierno fuerte y así imponer una salida total del Reino Unido de la Unión Europea. Un gobierno "fuerte y estable” se convirtió en el lema de su campaña electoral. Ahora resulta, que en vez de eso, May provocó su propia derrota. Los electores británicos rechazaron su oferta y ahora el país se sume en una profunda crisis política.
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¿Recuerda alguien a los arrogantes conservadores que antes de esta elección soñaban con una mayoría de 150 o 200 sillas en el Parlamento? Y que predecían la desaparición definitiva del opositor Partido Laborista? De nuevo se demuestra que muchas encuestas no son fiables y que los electores ya no se dejan encasillar, ya que cambian de partido fácilmente.
"Maybot”, una desastrosa campaña
Esta debió haber sido la peor campaña electoral que un político británico haya hecho en décadas. Theresa May trató a los británicos como a niños traviesos a los que se les puede dictar el camino a seguir. Ella rechazó el debate público, evitó hablar con los electores y se limitó a repetir como una fría máquina sus machacadas consignas, tanto que se ganó el apodo de "Maybot”.
Los británicos se dieron cuenta de que May, fuera de su protegido círculo de amigos, no confía en nadie y es incapaz de escuchar. May demostró ser fría, retraída e incomprensiva con las reales preocupaciones de la gente: educación, el sistema de salud y la financiación de la atención a los ancianos. Su propuesta de imponer un "impuesto a la demencia” a los mayores fue criticado como una "expropiación” de los más débiles. Si bien luego se retractó, esa postura la afectó mucho. ¿Cómo puede alguien hacer semejante propuesta tan absurda? Theresa May parece tener cierto gusto por la autodestrucción.
Líder del Partido Laborista es mejor que su reputación
Corbyn apareció como un político cercano a la gente, convencido de su programa y apasionado por ofrecer soluciones a los problemas. De un "perdedor”, surgió un ganador. Fue la juventud la que apoyó a Corbyn, quien con su campaña en las redes, logró un "efecto Bernie- Sanders” en el Reino Unido, en donde los jóvenes también han puesto la esperanza en sus promesas sociales.
Sistema británico no está hecho para esta nueva situación política
Gran Bretaña se encuentra profundamente dividida: en norte, en sur, en ciudades, en el campo, en defensores y detractores del "brexit”. Cada uno toma sus decisiones políticas según sus propios criterios. En la política británica se perdieron las viejas lealtades, las tradiciones regionales y los lazos sociales de otrora.
El problema es que el sistema británico no está hecho para esta nueva situación política. Mientras en otros países se forman coaliciones, en Gran Bretaña un parlamento sin mayoría es un callejón sin salida. Los conservadores pueden ahora formar un gobierno minoritario. Pero ¿qué tanto poder de decisión van a tener en las negociaciones del "brexit”? Hasta que no haya un gobierno constituido las negociaciones no podrán empezar.
Este es el peor desastre político para los conservadores y fue Theresa May la causante arbitraria de esta derrota personal y su partido. La situación es caótica, y el futuro incierto. Este es el segundo error catastrófico de cálculo de un primer ministro británico, después del referendo sobre el "brexit” de David Cameron. Europa solo puede ahora llevarse las manos a la cabeza.