Opinión: La democracia es más que un hashtag
30 de junio de 2016Hasta ahora, el brexit no ha cambiado mi vida. Pero, sin la Unión Europea, no me hubiera sido tan fácil estudiar en Gran Bretaña. En las redes sociales mis amigos critican el resultado del referendo. No obstante, tampoco irían tan lejos como para subir la misma foto de perfil en un gesto de solidaridad.
Tan solo en los perfiles de dos conocidos encontré una foto de una bandera europea: una de las doce estrellas ha sido reemplazada por una lágrima. Pero aparte de esos dos amigos, nadie llora simbólicamente por la UE. En cambio, hay peticiones, iniciativas y hashtags que movilizan en contra del brexit y que incluso exigen un segundo referendo.
Conflicto generacional en Gran Bretaña
Los jóvenes están decepcionados de la generación de sus padres y abuelos. Ellos fueron los primeros en beneficiarse del proyecto de paz europeo, de la libertad de circulación, de las oportunidades educativas. “Pero no quieren que nosotros nos beneficiemos de esos logros”, lamentan los jóvenes británicos, acusando a las generaciones mayores que en su mayoría votaron a favor de la salida. No obstante, estas responden que la culpa la tienen los jóvenes mismos, puesto que solo un tercio de ellos acudió a las urnas.
Y en efecto, si bien dos tercios de los jóvenes británicos votaron a favor de la permanencia en la UE, la mayoría de los jóvenes menores de 24 años ni siquiera fue a votar. No obstante, el bajo porcentaje de participación en las elecciones por parte de los jóvenes en Europa no es ninguna novedad. Y eso que en el pasado hemos demostrado que en la red podemos ser innovadores y comprometidos con temas políticos. Cuando la crisis de deuda griega casi demandó la salida del país del bloque comunitario hace un año, un joven británico organizó una campaña de donaciones. Al final, solo obtuvo una milésima parte del monto necesario; no obstante logró reunir 1,9 millones de euros.
¿Por qué no somos capaces de mostrar el mismo compromiso en una jornada electoral? El resultado del referendo hubiera sido otro si, en lugar de reunir 1,9 millones de euros, aquel joven británico hubiera reunido 1,9 millones de votos por la permanencia de su propio país en la UE. ¿Acaso la urna electoral es demasiado analógica para una generación que creció con internet? ¿Deberíamos plantearnos seriamente la posibilidad de trasladar las decisiones democráticas a la red? Definitivamente no.
El voto analógico es decisivo
Ir a una casilla electoral o votar por correo es más complicado, pero con una pluma en la mano se toma otra decisión que con un simple clic. Seamos honestos: sin importar la edad, muchas veces le damos like a algo sin pensarlo dos veces. Asimismo, desde hace tiempo los populistas usan el poder de atracción de las redes sociales. Los comentarios difamatorios se han vuelto un problema tan grande en internet que políticos alemanes incluso se han visto obligados a reunirse con el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg.
Desde luego, también la política tiene problemas. Sobre todo la UE es percibida como una entidad distante. Incluso convencidos defensores de la UE como el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, se han percatado de ello. De ahí que la semana pasada, en la cumbre en Bruselas, todos los jefes de Estado y de Gobierno estuvieran de acuerdo en que la UE debe cambiar y concentrarse en las personas.
Las etiquetas y los clics en la red sirven para hacernos escuchar. No obstante, nuestro voto en la urna vale más. El hecho de que muchos jóvenes británicos hayan dejado pasar esa oportunidad cambiará la vida de muchos de nosotros. Por ello, los europeos no deberíamos olvidar que, al final, lo que importa es la cruz en la papeleta electoral y no los likes de un post.