Opinión: mantener la calma para seguir negociando
16 de agosto de 2016No es la primera vez que los representantes del Gobierno turco amenazan. El mismo presidente Erdogan ha dicho en repetidas ocasiones que sin la liberalización de los visados para los ciudadanos turcos no se sentirá obligado a cumplir el pacto con la UE sobre lo s refugiados. Ahora, en una entrevista con el periódico Bild, el ministro de Exteriores acusó a la UE de “sentimientos hostiles contra Turquía”. Y luego repitió la frase que apunta al acuerdo sobre los refugiados: “O bien aplicamos todos los acuerdos al mismo tiempo o dejamos todo a un lado”. En otras palabras: si no se aplica la exención de la visa hasta octubre, se dejará que los inmigrantes sigan su viaje a la UE.
Para muchos en la UE los acuerdos sobre los refugiados y la liberación de la visa para los turcos ya eran difíciles de aceptar antes de la reacción de Erdogan al intento de golpe de Estado. Y ahora, más aún, luego de las nuevas “limpiezas” y la represión de Erdogan, quien ha dado a entender que no se opondría al restablecimiento de la pena de muerte. También el ministro de Exteriores, Cavusoglu, mostró su respaldo a la pena de muerte. Si esto ocurriera, sería el golpe de gracia para las negociaciones de adhesión a la UE. Eso lo saben Erdogan y Cavusoglu, pero también saben que la UE es chantajeable por causa de la migración. O al menos se siente de esa manera.
La exención de visado ya se había planeado antes del pacto de los refugiados. Y es lamentable que Turquía haya usado la crisis para imponer esta condición. Sin embargo, la UE no puso un cheque en blanco, sino que estableció condiciones claras. Hoy Bruselas ve que Ankara cumple poco. Por encima de todo, la UE lamenta la aplicación de leyes antiterroristas contra la oposición.
No hay razón para la condescendencia
¿Entonces qué se puede hacer? En ningún caso la propia UE debería dar por terminado el acuerdo sobre los refugiados. Porque hasta ahora Turquía ha cumplido en gran medida su parte: desde que entró en vigor el acuerdo, los inmigrantes se mantienen lejos de las islas griegas. Eso es un gran alivio para la UE.
A pesar de toda la retórica, es poco probable que Turquía cumpla su amenaza, porque tiene un gran interés en mantener el vínculo. La dependencia económica es grande; la UE alivia un poco el aislamiento al que Erdogan ha conducido al país; y finalmente Ankara consigue una gran cantidad de dinero de la UE por mantener a los refugiadons en su territorio. Ahora todo eso está en juego.
Muchos europeos verían sin embargo también una amenaza en el caso de que Ankara cumpliera las condiciones impuestas para la liberación de los visados. A continuación, la UE tendría que cumpir su palabra y liberar la visa para los turcos. Bajo las actuales condiciones políticas en Turquía, existe la posibilidad de que un gran número de opositores turcos, y sobre todo kurdos, viajara a la UE para solicitar asilo. Alemania y los otros paises de la Unión estarían frente a una nueva ola migratoria. Pero también en ese caso varios Estados de la UE ya han tomado medidas y acordaron un “freno de emergencia”. No hay ninguna razón para el pánico
Sin embargo, Bruselas puede hacer algo para no depender de Turquía. El bloqueo de la ruta de los Balcanes quizás ha hecho más por disminuir el número de refugiados y mantenerlos en las islas griegas, donde pueden solicitar asilo, pero no escoger el país que los recibirá.
En última instancia, la UE debe gestionar sus fronteras para asegurarse a sí misma, pero por ahora ha decidido delegar esa tarea a otros. El acuerdo actual sobre los refugiados con Turquía sólo puede ser una solución temporal.