Opinión: ¡Nadie quiere jugar con Angela!
16 de enero de 2018El Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) no sabe actualmente qué es lo que realmente quiere. La Juventud del partido, pero no solo esta, sino también otros sectores dentro del SPD, se manifiestan reacios a conformar nuevamente una coalición de gobierno con los conservadores (CDU/CSU).
Mientras tanto, sigue en funciones como canciller federal Angela Merkel (CDU). Así lo prevé la Constitución: mientras no se forma un nuevo Gobierno, el anterior sigue a cargo del Ejecutivo. Hay alemanes que opinan que esa situación bien podría continuar. Al fin y al cabo, dicen, Merkel logró enfrentar exitosamente ya varias crisis: la del euro, la de los bancos, la de Grecia, etc., etc.
Nuevas crisis sin solución
Pero hoy tenemos nuevas crisis: la de los refugiados y, un poco, una crisis de democracia. Porque en el nuevo Parlamento ocupan escaños 92 representantes de una derecha más o menos extrema (de un total de 709 diputados), que esperan poder incluso obtener más votos en las próximas elecciones.
Ante esas nuevas crisis la canciller federal carece de respuestas. Tampoco tiene respuestas a la relativa pobreza de muchos alemanes de avanzada edad, la extrema lentitud en la digitalización del país y el astronómico precio de los alquileres.
La culpa la tienen siempre los otros
Pero la perfidia consiste en que, según Merkel, la culpa siempre la tienen los otros. ¿Los sondeos entre conservadores, verdes y liberales para formar coalición fracasaron por culpa de quién? ¡Del liberal Christian Lindner! Si los conservadores no logran ponerse de acuerdo en una política común respecto a los refugiados, ¿quién tiene la culpa? ¡El social-cristiano Horst Seehofer! ¿Y quién tendrá la culpa si no se llega a formar una coalición entre conservadores y el SPD? ¡Naturalmente, el socialdemócrata Martin Schulz!
Por otra parte, la dirección del SPD observa sorprendida que no todas sus bases hacen lo que la cúpula quiere. No obstante, bien es posible que el próximo domingo (21.01.2018) en un congreso extraordinario, este decida dar luz verde para formar una coalición de gobierno con los conservadores. Luego, la dirección deberá realizar una consulta entre los 440.000 afiliados al partido.
La realidad política ha cambiado en Alemania desde el 24 de septiembre, el día de las últimas elecciones en el país. En el Bundestag (Parlamento) hay ahora seis grupos parlamentarios. Y si todos fueran honestos, por lo menos cuatro de esos grupos deberían admitir que ¡nadie quiere jugar con Angela! Los alemanes tenemos mucho que agradecerle. Pero Merkel ya no encuentra las mayorías que necesita para gobernar. Su tiempo ha pasado.