Opinión: Pornografía infantil, un reto urgente
10 de junio de 2018El crecimiento es enorme: en 2017 se reportaron 6.500 casos de pornografía infantil, más del 14 por ciento que en el año anterior. Aún más dramático es el desarrollo de la pornografía juvenil. Allí, el número de casos conocidos ha aumentado a alrededor de 100, casi una cuarta parte más que el año anterior.
"La oportunidad hace a los ladrones", se solía decir antes. La lógica del dicho también se aplica en los tiempos digitales: cuando la red ofrece nuevas oportunidades para la delincuencia, se utilizan. Internet, más precisamente: su apuntalamiento criminal, la "Darknet" (red oscura), es el espacio de un gran mercado al que reaccionan los "proveedores". Ellos suministran las imágenes, imágenes que no habrían producido en masa hace unos años porque no había un mercado adecuado para ellas, más precisamente porque los proveedores y los demandantes no se encontraban entre sí. Esta brecha ha cerrado la "Darknet”. Es por eso, y esencialmente a causa de esto, que existe este mercado, y en una medida cada vez mayor: alrededor de 80.000 sitios web con pornografía infantil existen en todo el mundo.
"El surgimiento de las escenas más duras"
El mercado no sólo está creciendo cuantitativamente, sino que la calidad también está cambiando. El comisario de abuso alemán, Johannes-Wilhelm Rörig, dio la voz de alarma esta semana y habló del "aumento de las escenas de violencia más duras, incluso sádicas", así como del "creciente número de imágenes de abusos contra niños pequeños y bebés".
Este aumento corresponde también a la lógica de la red: Si no hay límites superiores, las imágenes se vuelven más duras y brutales. La escena dura despierta el deseo de una aún más dura, que será seguida por una aún más alta en un futuro previsible. Sólo la imaginación pone límites.
"Los delincuentes sexuales ya no pueden sentirse seguros"
Hay que poner fin a esto. "Los delincuentes sexuales ya no deben sentirse seguros", dice Rörig, y con razón. La retención de datos sería un medio para hacer cumplir esta disposición. Sin embargo, el precio sería alto, se paga con nuestra libertad. Nos convertimos en personas transparentes.
En Estados Unidos, el problema se ha abordado de otra manera: los proveedores están sujetos a una obligación de informar. Cualquier material que pueda ser sospechoso de pornografía infantil debe ser denunciado a la Policía por los proveedores.
Esto es problemático ya que la propia compañía cumple el papel de un "policía de Internet". Además, eventualmente podrían verse obligados a divulgar otros contenidos personales, incluyendo contenido racista, violatorio de derechos de autor, fraudulento y amenazantes para el Estado, pero posiblemente también en ocasiones de menor nivel.
Legitimidad de los límites
El peligro debe ser tomado en serio. Se trata de un problema fundamental, sobre todo en Alemania: ¿es absoluto nuestro derecho a la protección de la privacidad, a la protección de nuestros datos privados, a la autodeterminación digital? Así es como se supone que debe ser. Pero un crimen como la pornografía infantil nos obliga a sopesar nuestras opciones. Porque también el derecho de los niños a la integridad es absoluto. Ante la duda, incluso cuenta más. Esto lleva a una consecuencia: el derecho absoluto a que la autodeterminación digital debe restringirse muy cuidadosamente sin crear algún tipo de rompimiento. Los niños no pueden protegerse a sí mismos. Y en eso, los adultos están en deuda ¡Absolutamente!
Autor: Kersten Knipp (CT/FEW)
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